Y bien, les digo hola. Puesto que hace falta llamar al que se presenta
por un nombre, se trata de BIDI. No obstante, cualquiera sea el nombre que se
nos brinda, hoy, en su espacio / tiempo, la forma en que me presento no tiene
absolutamente nada que ver con lo que pude ser y es más bien un espacio de
presentación, bien mas allá de toda forma, de todo nombre, de toda
apelación. Represento en alguna forma, una realización. Esta realización
es la naturaleza misma de lo que ustedes son, más allá de toda apariencia, de
todo cuerpo, de todo discurso.
Esto, por supuesto, no podrá jamás ser traducido por las palabras, más
allá de la percepción eventual de mi presencia. Sin embargo, es
fácil permitirles darles una especie de Claridad, en el interior incluso de lo
que ustedes creen ser, en esta persona, en este Si, a fin de darles los
elementos. Estos elementos no son, en ningún caso de naturaleza
intelectual. Ellos surgen en totalidad de una suma de
evidencias. Esta suma de evidencias esestrictamente la misma para
cada persona, cada Si. La función, si se puede decir de esta suma de
evidencias solo es para permitirles (de manera que yo llamaría rápida en
estetiempo particular de este mundo) de superar ciertas fases, ciertas
etapas. No para hacer una fase o una etapa final oterminal sino mas
bien para, en un primer tiempo, hacerlos conscientes y, en unsegundo tiempo,
hacerlos, en alguna forma, penetrar o salir, según el sentidoen el cual lo
tomen, del conjunto de circunstancias que han sido nombradas, enefecto,
efímeras, limitadas y temporales.
Nuestros intercambios mucho más allá de todapalabra, pasa, por
supuesto, más allá de la Vibración, por lo quenombraría la quintaesencia de la
Vida, la quintaesencia de toda vida. Aquí como en otraparte. En este
tiempo como en todotiempo. El apoyo, más allá de las palabras, es, por
supuesto, lo que hannombrado, a falta de otro término, Onda de Vida, Don de la
gracia. Cualesquieraque sean las apelaciones y cualesquiera que sean las
traducciones de lo que esposible vivir, lo que yo llamo, más allá de toda
consideración perteneciente auna cultura, este Absoluto o, si lo prefieren,
este Ultimo, que es elprincipio, la esencia, el comienzo y el fin de todos los
posibles, mas alláincluso de vuestra persona o de vuestro Si. Por lo
tanto, nunca recurriré sobre la forma que yo he podido tener perorecurriré
exclusivamente sobre el conjunto de los elementos de lo que nombraríauna lógica
inquebrantable, toda científica y por lo tanto reproducible, con lacual toda
conciencia, toda forma de Vida, puede en adelante evolucionar sinreal gran
dificultad. Si esto no es de un a priori o de los límites pudiendoaún
interferir con este Ultimo, este Absoluto.
La dificultad reside en el hecho que, siempre,para la persona o para el
Sí, hay una fragilidad. Esta fragilidad es incluso la naturaleza
delo que es la persona o de lo que es el Sí y que encara (esta persona o este
Si)para cada uno de entre ustedes, una perspectiva que llamaría la nada o
elvacío. Es, en efecto difícil para una forma teniendo un contenido,
deconsiderar que este contenido pueda estar presente más allá incluso de la
formay por lo tanto más allá incluso de vuestro contenido. Es en
efecto difícil para la persona comopara el Si, considerar que, más allá de esta
forma, fuera ella la más vasta, esposible que el contenido persista y resida en
lo que ustedes nombran las nada o vacío.
Las palabras que serán empleadas no estándestinadas, de ninguna manera
a halagarlos sino más bien a cuestionarlos. Acuestionarlos sobre ustedes
mismos, sobre lo que llamaría vuestro rol, vuestrolugar. Ya que en
definitiva el noexiste, aquí como en otra parte y en resumen, que en 3 lugares
posibles ysolamente 3 lugares. Más allá de las 4conciencias que
conocen, experimentables y manifestables en esta forma quehabitan, esos lugares
son por lo tanto: una persona, un Si, el Absoluto (oUltimo). Entre las 2
primeras (nombradas persona y Sí) y la última (nombradaAbsoluto o Ultimo), no
puede existir aprehensión, ni incluso comprensión,llevando desde las 2 primeras
a la 3ª.
La forma de ser de la forma que habitan es unade separación. El Si es
una separación más vasta pero siempre seguirá siendouna
separación. El Absoluto, el Últimoes muy precisamente la ausencia de
toda representación y de toda separacióndándoles en alguna forma, ininteligible
toda posibilidad de observación, dedescripción. Por supuesto, declarar o dar
pruebas es posible pero el testimoniono les permitirá, allí no, jamás ser el
Ultimo, el Absoluto. Los intervinientesperteneciendo a las estructuras precisas
(Nde: el Conclave Arcangélico, la Asamblea de los Ancianosde las Estrellas...)
han evocado los medios y sobre todo, les han dado unmandamiento que, incluso si
es difícilmente comprensible, es verdaderamente unmandamiento, el más
importante, que es de no hacer nada y permanecer tranquilos. Este
“no hacer nada” y “permanecertranquilos” no es, ni será jamás una diversión
sino más bien una forma delucidez de la persona o del Si, en cuanto a lo que es
del orden de lo real, delo irreal, o (para emplear otra terminología) lo que es
del orden de lorelativo o de lo absoluto.
Mi sola presencia está por lo tanto destinada,si están de acuerdo, a
orientarlos sobre lo que no son y no serán nunca, a finde dejar, si tal es
vuestro deseo, el lugar, más allá de la persona y del Si, ala Verdad Ultima,al
Absoluto. Algunos de mis propósitosentrañarán en ustedes lo que
nombran las resistencias, y diría que esto esjustamente lo que será
buscado. Porquela confrontación con ustedes mismos, en lo que podría
nombrar la absurdidadtotal de esta forma, deberá aparecerles como una perfecta
lógica, ya que comolo he dicho, esto es una perfecta lógicade una
precisión, si puede uno decirlo, completamente matemática, completamente
física. Entiendan que intervengo desde un espacio ytiempo que no es
lineal que puede, tal vez, traducir vuestro cuestionamiento enuna sola cuestión
sobre ustedes mismos. Aquí están por lo tanto definidas lasreglas de nuestras
futuras conversaciones.
El sentido de mi presencia incluso da cuentade la posibilidad, para el
que ha sido disuelto en el Absoluto, en LA FUENTE y mas allá, de
poder acercarse y regresar,aunque esta palabra y esta expresión no sean las mas
conformes, sobre un modo,para ustedes relativo, llevándoles, si tal es lo que
Son, a aproximarse de loindecible. Allí también, muchas palabrashan podido
ser expresadas, dadas. Ella no hacen más que traducir la mismaVerdad en otras
palabras: ustedes son el Absoluto, ustedes son el Último. Mas allá
incluso de todo sentido de estar enuna forma. Mas allá incluso de
ser uncontenido o un contenedor. Las circunstancias mismas de mi venida
inscribirán,en este contenedor y este contenido, una forma dinámica bien mas
allá delaspecto llamado energético o Vibratorio, porque las cuestiones
queintercambiaremos serán incluso parahacer en alguna forma, nacer
lo que debe nacer. Entiendan que esto no será una gimnasia intelectual
sino más bien unalógica incontenible de la naturaleza y la esencia de lo que es
la Vida, en su más grandeacepción, desde la vida más elemental a la vida más
compleja, si puede uno asídecirlo. Porque el mismo principio,
elmismo Absoluto, está por supuesto no solamente presente sino eficiente,
entotalidad, ya que ninguna vida podría ser, sin esto.
Este espacio particular de estos encuentros particularesrepresenta
ciertamente el medio más eficiente, el más perfecto y el más lógico,de definir
y de hacer tomar conciencia de lo que no son, dejando lugarentonces, a lo que
debe Ser, más allá de todo ser. Lo repito por última vez:esto hace llamada a
una lógica elemental, principal e incontenible. Los tiempos de
ausencia de palabras están yatambién, a su manera, inscritos en la lógica y la
evidencia de lo que llamonuestros encuentros. Que no serán, de hecho que el
encuentro con vuestra verdad.
Más allá de las
palabras y de su sentido, hayesta famosa lógica para la cual estarán algunas
veces y a menudo, en un primertiempo, en reacción, incluso en oposición. Esto
es normal y forma parte de esta forma de lógica. Mas la reacción será
fuerte, incluso violenta, en el Interiorde ustedes mismos, pero constatarán los
efectos. Más allá de una simple comprensióninscribiéndose en el
pensamiento, en la energía, en la Vibración y endefinitiva, más
allá. No juzguen. No me juzguen. Puedo entonces garantizarles,
si se puede decir, que muy pronto un mecanismo de transcendencia se
pondrá en camino en vuestro saber. Ustedes son
Último. Ustedes son la esencia y el principio mismodel Amor, de la
Luzpero no de lo que puede concebir la personalidad o el Sí. Ustedes
son estrictamente eso. Todo eso. Nada más que eso.
Pregunta: ¿Cómo liberarse del miedo y tener confianza?
El miedo, como la confianza, depende solamente del
ego. La confianza como el miedo no permitirá cruzar nunca. Es necesario
reconsiderar el miedo y la confianza como los extremos de una barrera
infranqueable, situada, como siempre, en el ego y la persona: porque ninguna
confianza como ningún miedo pueden permitir trascender un límite. Es necesario
pues que aceptes deponer tus miedos, como depositar tu confianza. Hay por lo
tanto una invitación para colocarte más allá del miedo ya que si tú te sitúas
en el momento, pacífico, sin preguntas, el miedo no puede aparecer. El miedo es
sinónimo de desconocido, para la persona. El miedo representa, hasta cierto punto,
el elemento de resistencia, el marco mismo dónde se inscribe toda persona, todo
ego, todo individuo. El miedo atraviesa. Como emoción, como pensamiento, no es
más que resultante, en definitiva, de tu propio pasado. Reflexionando: no hay
ningún substrato, ninguna causa, en el momento presente, al miedo. Así como no
hay ninguna razón y ninguna lógica para establecer cualquier confianza, a
partir del momento en que está allí, y no en un momento antes y aún menos en un
momento después. Estar tranquilo, es eso. No es ni plantearse la cuestión
de los miedos, ni plantearse la cuestión de la confianza. Es instalarse en la
eternidad porque el miedo como la confianza se inscribe, de manera definitiva,
en lo que es lineal. El Absoluto no conoce lo lineal. Es precisamente
transcendencia total del espacio tiempo (tal como se conoce).
En resumen, dejar el mental por lo que es, sus funciones y sus
utilidades, mirándolo en esos momentos: y te será entonces muy fácil de verlo
actuar y entender en esos momentos ordinarios que no eres tu quien actúa. Pero
si tu actúas a la inversa (es decir esperar los momentos llamados interiores
para oponerte frontalmente a tu propio mental) tu perderás siempre la batalla,
porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla.
Colócate ahí y tú constataras entonces que el mental permanece en su lugar y en
sus funciones.
Pregunta: A menudo el mental me aparta hacia pensamientos para combatir
la injusticia, o ver el costado negativo de los acontecimientos. A veces tengo
la impresión de que nada se mueve, si el sentir vibratorio es cierto. ¿Cómo
trascender estos procesos o estas resistencias?
El juicio está inscrito en el mental. El mental está
hecho para discriminar, para pesar y sopesar el bien y el mal. Está hecho para
actuar en este mundo. Mientras te consideres en este mundo, (y no solamente
sobre este mundo) tu mental será parte involucrada en tus experiencias. La
cultura, la educación, las enseñanzas han sido siempre armadas, en esta
dualidad. Incluso la moral misma, lo afectivo, y el conjunto de las leyes
observables y utilizables en este mundo, bien también de ahí. Hay una parte de
ti que es la totalidad pero que tu ego no puede reconocer. Esta parte de ti,
que te es desconocida, Llamado Absoluto o Último, no se te puede aparecer (ya
que el ya está ahí) si el aspecto discursivo de tu mental está presente. El es,
de alguna manera quién vela de manera opaca, la verdad, la verdad más allá del
aspecto discursivo. Eso en ti tiene una necesidad de seguridad, una necesidad
de estar seguro, pero quién dicta eso, sino el ego o la persona. No hay por qué
trabajar, propiamente hablando sobre la causa o el porqué de esa necesidad de
estar seguro, ya que o que tú Eres está más allá del hecho de estar tranquilo o
de comprender. El conocimiento, en definitiva, no es más que una ignorancia, de
eso que tú Eres.
Acepta de ser ignorante, acepta de no tener necesidad
de estar seguro ni de comprender, y así pasarás innegablemente de la ignorancia
al conocimiento real que no tiene necesidad de ningún aspecto discursivo, ni
ninguna necesidad de estar seguro, ni siquiera comprender. La mirada, de los
ojos, te lleva siempre a esta voluntad de comprender y de poner en acción al
mental y por lo tanto juzgar. En definitiva, si tú ves claramente, ningún
juicio podrá aportarte la paz y a que todo juzgamiento, atrae irremediablemente
a otro juzgamiento: toda mirada, discriminante, llama a perseguir a quién es
discriminante y por lo tanto dualista. Acepta mirar eso, no para encontrar un
origen o una compensación, ya que ni el origen ni la compensación te darán a
trascender, ni a sobrepasar ese principio. El mental debe servir para vivir y
actuar en las actividades normales de ese mundo. Pero desde el instante que no
se trata más de este mundo, sino del Absoluto que tú Eres, yo no es para ti de
ningún auxilio, de ningún recurso, de ninguna utilidad. La dificultar
reside, aparentemente, de pasar del uno al otro, tienes que considerar y
reconsiderar que, en la vida ordinaria, el mental actúa por sí mismo con
relación a tus experiencia pasadas, a tu historia. Entonces, ahí también
podemos decir que tu propio mental actúa por sí mismo, también en los actos
cotidianos. El no tiene necesidad, propiamente hablando, de ti. Déjalo actuar,
déjalo de alguna manera expresarse en los momentos ordinarios.
Así si le aflojas las riendas, si tú te contentas con observarlo y de
dejarlo actuar, te será mucho más fácil, en los momentos unitarios, de no
dejarlo interferir con lo que tú Eres. Sírvete por lo tanto de este aspecto
discursivo, comparativo y habitual del mental observándolo, en los momentos
ordinarios de la vida y no, queriendo cazarlo en los momentos Interiores ya que
no podrás jamás, cazarlo. Puedes, simplemente y fácilmente, tomar conciencia de
su actividad (que tampoco es la tuya) en los momentos más ordinarios de la
vida. Porque esos momentos ordinarios conciernen efectivamente, sólo al mental
y no tienen en absoluto necesidad de ti para ser eficaces y eficientes. Adopta
eso, verifica la veracidad y sobre todo la eficacia y verás entonces
rápidamente que en los momentos Interiores o definidos como tal, el pensamiento
y el juicio no pueden alterar, de ninguna manera, eso a lo que tú accedes en tu
experiencia en ese momento. No puedes oponerte sin reforzar (sobre todo en esos
momentos Interiores) a tu mental. El es eso que es. Tu historia es eso que él
es. Pero tú no Eres ni lo uno ni lo otro. En resumen, deja el mental en lo que
él es, en sus funciones, en sus utilidades, míralo ahí en esos momentos
ordinarios: te será muy fácil verlo actuar y entender, entonces que no eres tu
quien actúa. Pero si tú haces a la inversa (es decir esperar los momentos
Interiores para oponerte frontalmente a tu propio mental0) perderás siempre la
batalla, porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla.
Colócate así y tú constataras que el mental permanece en su lugar y en sus
funciones.
Pregunta: ¿Qué es lo que la parte mía que no conozco tiene para decirme,
en el momento presente, que me ayude a ir hacia este Absoluto?
Comprende que no hay que ir hacia. Porque, a partir del momento en que
tu preguntas si debe ir hacia, ya pones una distancia que no existe. Esta parte
que no conoces no tiene nada que decirte en lo que conoces, ya que ella no te
sería desconocida, sino tú serías el Absoluto. Debes aceptar que lo que te es
desconocido nada tiene a decirte en tu conocido. Y que no puede aparecerse,
revelarse, no como un lugar dónde es necesario ir, ni como un esfuerzo, sino
desde el momento en que haces callar todo lo que conoces. Elimina todo lo que
conoces. Rechaza todo lo que es efímero. ¿Y, en primer lugar, qué es lo que es
transitorio? Tu propia vida, el pasado cualquiera que sea, tus emociones
cualesquiera que sean porque se inscriben sistemáticamente en la ley de la
dualidad (acción/reacción, sin final), sin por lo tanto ser eternas
puesto que, por definición, estas emociones cambian en función de lo que te es
dado a vivir, ver y a sentir. Lo que te es desconocido no puede ni
vivirse, ni sentirse, en tu conocido. No hay pues posibilidad de hacer entrar
lo desconocido en el seno de lo conocido. Debes pues salir de tu conocido, no
como un rechazo, no como una negación, sino simplemente aceptando que no eres
nada estrictamente de lo que conoces. El verdadero conocimiento es
independiente de lo conocido.
Eso que el ego interpreta como conocimiento es una
estafa porque eso no es nunca durable, porque eso es resultante generalmente de
creencias, transportadas por otras historias y otras experiencias que no tienen
estrictamente nada que ver contigo y a las cuales tú has dado crédito. No es
porque Buda existió que tu vives Buda. Tu habrás leído bien todo, habrás
comprendido bien todo, asimilarlo todo, pero no puedes reproducirlo porque eso
es resultante de creencias. Debes pues, real y objetivamente, matar todas tus
creencias porque no eres esas creencias. No puedes, de ninguna manera, ir hacia
lo desconocido con cualquier creencia, con cualquier conocimiento, con
cualquier historia. Y eso no puede efectivamente producirse porque no hay
ninguna parte donde ir, ni hay desplazamiento. Mientras creas buscar el
Absoluto, el no te encontrará jamás, porque él ha estado siempre ahí. Y en
consecuencia creer que vas a ir a alguna parte es una estafa de tu propio
mental. Mismo el Sí, no eres tú, en el Absoluto. Desde el punto de vista del
Absoluto, el ego, la persona, entonces, eso es una superchería, una simple
proyección, una ilusión, un juego estúpido y estéril. No hay evolución: solo el
ego lo cree, solo el Si puede tenerlo en perspectiva.
El Absoluto no se plantea esta clase de cuestión. Es imposible que haya
cualquier evolución. Hay, ciertamente, transformaciones. Puede ciertamente
haber mejoras. Y el ego se deleita. Porque estaba mal la víspera, está mejor el
día siguiente, porque comprendió la causa y el origen de un sufrimiento, la
causa y el origen de una enfermedad, de un desequilibrio, él da pues la
impresión de avanzar. Da pues la impresión de mejorarse, pero es una trampa
porque en ningún momento te permitirá salir de eso que te hace creer. Es
imposible. Lo Desconocido, el Último, no es nada conocido, no es ningún tiempo,
ningún espacio. De tu punto de vista, eso es la nada. Pero desde el punto de
vista del Absoluto, la nada eres tú y no otra cosa. Cuando tú cierras los ojos,
el mundo desaparece. Cuando duermes, el mundo en el cual vives desaparece
también. Solo la creencia, por experiencia, de creer que vas a despertar al día
siguiente hace que duermas sin inquietud. ¿Y por lo tanto que puede
garantizarte que vas a salir? ¿Y con todo te haces alguna pregunta? No hay nada
que desplazar si no es tu mirada. No hay ninguna parte donde ir porque ya estás
ahí. No hay ningún esfuerzo a proporcionar, todo lo contrario. El ego, la
persona es un esfuerzo permanente, a través de los sentidos, a través de las
emociones, a través de tu historia y de tu mental, que actúa permanentemente,
de manera más o menos fuerte, para que no tomes nunca conciencia de su medida.
El que no tomes nunca conciencia de su medida y de sus límites, hace que
permanezcas en la prisión y no encuentres jamás al Absoluto, que no es a
encontrar porque no eres tu quien lo busca, sino que es él quien te encuentra,
desde el momento en que tu sales de todo conocido, de toda referencia y todo
ilusorio conocimiento, que no en mas que una estafa.
Pregunta: ¿Como vivir mejor en la alegría y la simplicidad?
La alegría y la simplicidad forman parte de tu Esencia
y de tu naturaleza. No hay tampoco que cultivarla porque esta alegría está
presente. Sólo la distancia y la ignorancia que pones, pueden representar lo
que vives como una ausencia de alegría. No hay nada más simple del Absoluto. Lo
que es complicado es el mental y el ego porque construyen, permanentemente
estrategias, construyen, permanentemente conductas, normas, marcos y limites
que deben observarse, (cualesquiera que sean estos marcos y estos límites).
Intentan construirse una simplicidad, preservándose de la complejidad de este
mundo, creyendo conocerlo, creyendo probarlo. Pero absolutamente nada de este mundo
es absoluto y por lo tanto tú eres Absoluto. La alegría se deriva del Éxtasis.
La alegría es la manifestación del Sí del Samadhi. La simplicidad está también
presente en el Samadhi. Eso te permite acercar y vivir, por experiencia y por
momentos, la no separación. Pero tú permaneces inscrito en la separación y en
consecuencia la simplicidad y la alegría parecen partir. No es ni la alegría ni
la simplicidad que se van, sino que eres tú quien se va de ti mismo. La alegría
y la simplicidad han estado siempre allí. El único movimiento ese del ego, el
único movimiento ese del mental y de las emociones que se desarrollan y
se suceden en un tiempo lineal. No hay pues nada que cultivar, no hay pues nada
que buscar que no esté ya ahí, porque, si hablas de la alegría que debe
cultivarse, ya consideras la no alegría y sin embargo la otra extremidad está
presente en ti. Y no hay extremidad. Considera que la alegría no puede ser una
experiencia situada entre dos períodos de no alegría, sino que es un estado que
se deriva directamente de lo que tú Eres y todo cambiará para ti.
En cuanto a la simplicidad, consiste simplemente en estar en paz, no dar
cuerpo a nada, no alimentar lo que sea. El Sí y el Absoluto son una
transcendencia total, de lo que llamas alegría y simplicidad porque el Absoluto
no puede siquiera hacer referencia (mismo si él es simple) a algo que sería
complicado y de una alegría que implicaría una no alegría. Por lo tanto esta
alegría está más allá de toda alegría: es para por eso que es más sabio llamarla
éxtasis o íntase. El ego te retendrá siempre en esta dualidad de concepto y
experiencia. Mantiene pues la linealidad. El Absoluto es la salida de la
linealidad. El Absoluto es tu naturaleza, tu esencia. No hay pues que buscar o
cultivar cualquier alegría, cualquier simplicidad ya que si llegas a permanecer
completamente en la escucha y a oír, más allá de todo tiempo, a partir de este
momento, el Absoluto estará allí porque viene a ti. Querer la alegría, querer
la simplicidad, ya es considerar que no está presente. Ahora bien, tu eres la
alegría y eres la simplicidad. La distancia se deriva simplemente de tu
historia y tus experiencias pasadas donde el pesar y el deseo se disputan
en ti para ocupar el frente de tu escenario. Pero eso no es una escena, sólo es
una representación, una proyección, que no tiene ninguna sustancia ni incluso
la menor realidad. Esto debe descubrirse por ti mismo porque nadie puede
decírtelo, nadie puede hacértelo vivir: no hay nadie más que tú y solo tú que
puede actualizarlo. En definitiva, deja este cuerpo vivir, deja a tus
pensamientos vivir, déjalos trabajar. ¿Es que tú te preguntas cuándo comes un
alimento de saber si va a hacer bien lo que tiene que hacer? No: eso se hace.
Actúa de la misma forma para lo que consideres tener que hacer en esta vida. No
te impliques, sino hazlo. Obsérvate actuar y después hazte la pregunta de quien
observa. ¿Es que eres este cuerpo que absorbe un alimento? ¿Es que tú eres este
mental que se plantea la cuestión del efecto del alimento? ¿O es que tú eres
otra cosa? Elimine también lo que es del orden de una dinámica efímera (como
comer, como dormir). Elimine también lo que es del orden de la práctica
(lavarse en la mañana, incluso si es necesario hacerlo): tú no eres nada de
todo eso. Entonces te aparecerá, de manera fulminando o progresiva, lo que tú
Eres. Ser el no ser. El Absoluto no es ni un querer, ni un objetivo, ni un
camino. Es exactamente la vida que corre, y que tú participas o no, que tú
estés o no. Conviértase pues en la Vida, y el Absoluto te aparecerá porque,
siempre ha estado ahí.
Pregunta: ¿Las relaciones o comportamientos impregnados de
dualidad sobre este plan pueden constituir un freno a la realización del
Absoluto?
En primer lugar, no puede existir ninguna Realización
al Absoluto. La Realización concierne al ego y al Sí, pero nunca al
Absoluto. Ninguna manifestación dualista puede contrariar, frenar o bloquear,
el Absoluto. Tú comes. Toda la fisiología de este cuerpo está basada en la
dualidad. Toda la fisiología de las emociones y del mental está basada sobre la
dualidad. Ningún elemento de este cuerpo o de sus envolturas sutiles puede
alterar, de ninguna manera, lo que Es. Pensar y concebir que haya una tarea a
realizar, un camino que debe hacerse, un yoga que debe practicarse, sale de la
personalidad y del ego, nunca del Absoluto. Los yogas, cualesquiera que sean,
les conducen al Sí que debe eventualmente realizarse. Pero el Absoluto no será
nunca una Realización sino la Liberación de todo yoga y de toda dualidad. Lo
que no consiste en negar la dualidad mientras esta forma (este cuerpo), esta
persona, está presente en esta ilusión. Se trata pues de una transcendencia y
de ninguna manera puede tratarse de una transformación. Creerlo es una estafa
del ego.
Tú no puedes transformar lo que es limitado y creer
que la imperfección va a convertirse en perfecta. La perfección no es de este
cuerpo, ni de este mental, ni de tu propia vida. Ella es el Absoluto.
Considerar que algo puede alterar o impedir el Absoluto es una mascarada. Es el
ego mismo que juega a creer que él va a ser mejor mañana. ¿Lo será quizá,
lo será ciertamente, pero qué va a ganar? Al mejorar la salud, al mejorar la
respiración, al mejorar las angustias, hay una búsqueda distraída de un mejor
ser o de un bienestar pero ningún mejor ser y ningún bienestar te hará
descubrir el no Ser. Te alejará también seguramente que del mal ser. Son
estrategias, elaboradas por el ego, para hacerte creer que hay algo que buscar,
algo a mejorar, algo a practicar que va a hacerte acercar más, pero en
definitiva, tú te alejas. Por supuesto, a la persona (el ego) va a satisfacerle
sufrir menos, vivir mejor y mucho más tiempo o de manera diferente, pero eso no
sirve estrictamente de nada. Eso no quiere decir poner fin a la ilusión es fácil,
sino estar consciente y lúcido de lo que es: exactamente una ocupación, una
derivación. Entonces, ocupa si quieres tu mental y tu cuerpo pero acepta el
principio de superchería e ilusión. Alimenta este cuerpo cuando tiene hambre,
dale a beber cuando tiene sed. No volveré a la idea de rechazar el hambre y la
sed, sin embargo, satisfacer el hambre y la sed ¿deja al Absoluto aparecer? Lo
mismo ocurre con el mental. Puedes alimentarlo de todas las maneras, puedes
darle a leer y en consecuencia regarse de todo conocimiento, no hará más que
reforzar tu propia ignorancia del Absoluto. Sólo el juego del ego y del mental,
de manera sempiterna e incesante, quiere hacerte creer que vas a llegar. Por
puesto que no hay a ninguna parte donde llegar. Y si hubiera un destino donde
llegar, eso significara simplemente el final del ego. ¿Conócete tú un ego que
quiera morir por sí mismo, si no es por la puerta de la muerte? El
Absoluto no se ocupa en absoluto de este cuerpo, en absoluto de tus
búsquedas, en absoluto de lo que crees o esperas. No tiene nada que hacer, de
tus propias gesticulaciones. Sólo son movimientos que no aportan nada a la paz
y a la inmovilidad. Esas son, realmente, gesticulaciones que van simplemente a
atraer la conciencia. El Absoluto no tiene nada que hacer de todo eso: él está
instalado rio arriba, rio abajo, por todas partes, más allá de todo espacio, de
toda eternidad.
No hay nada peor que creer que van a liberarte porque buscas la
Liberación. Porque en definitiva, estas liberado, desde la eternidad, pero
simplemente no lo sabes. No hay pues, que rechazar lo que sea, sino a superar
todos estos aspectos que no son más que velos y máscaras colocadas sobre el
Absoluto. Es necesario pues cesar toda proyección de lo que sea. A partir de
este momento, entonces el Absoluto te aparecerá. Pero es necesario dejar la
vanidad de creer que hay algo que buscar, algo a realizar incluso algo a
liberar. Si haces callar todas estas vanidades, entonces el no Ser sería la
única posibilidad. Recuerda que eres efímero en lo que crees, que eso sea
pensamientos que pasan, o incluso este cuerpo que nació y que retornará a la
tierra. ¿Es que eres este cuerpo? ¿Es que eres lo efímero? ¿Eres lo que buscas?
¿Eres tus prácticas? ¿En definitiva, que es lo que lo que eres? Si eres
capaz de vivir lo que eras antes de ser este cuerpo (más allá de todo cuerpo de
cualquier vida pasada que pertenece a la personalidad, de manera irremediable),
instantáneamente, el Absoluto estaría allí porque ahí ha estado siempre. No
puedes apropiarte de lo que sea, porque tú eres eso. No puede poseer lo que
Eres. Es lo que el ego que te hace creer eso.
Pregunta: A menudo he deseado que después de la muerte no haya nada.
¿Hay una diferencia entre la nada y el Absoluto?
El que desea, después de la muerte, es el ego
obviamente. La mejor imagen y la mejor representación que pueda sugerir del
ego, del Absoluto, es por supuesto, la nada. El Absoluto no es, por supuesto,
ninguna nada pero es, también, la Nada. El Absoluto, después del final de esta
forma, es la vuelta a no forma, más allá de toda memoria, más allá de toda
experiencia, en toda forma, incluso si puede persistir una forma, no teniendo
ya nada que ver con una forma de este mundo. El Absoluto es el Todo y la
Nada. Lo sin forma (o el fin de la vida aquí) poniendo fin de alguna
manera al complejo inferior, ego-personalidad (envolturas físicas y sutiles),
sin embargo lugar (ubicado hasta el presente) del Ser, del otro lado de la
pieza. Pero ha sido la misma pieza pero en ningún caso la nada. Por lo tanto en
ningún caso el Absoluto. La forma desaparece porque ella es efímera. La
personalidad desaparece porque ella es efímera. Si algo vuelve, es algo no
inscrito, en ninguna forma ni personalidad. Hoy en el sentido de vuestro
tiempo, no hay nada que no deba volver o alejarse del Absoluto. En
definitiva, la nada (que ella sea rechazada o deseada con terror y miedo) es
efectivamente el Absoluto, para el ego, para la persona, para el mental.
Considerar su propio fin, como efímero, puede llenar de terror o de paz, pero
un caso como en el otro, se representa la muerte como la nada, no permitiendo
vivir el Absoluto, ya sea manteniendo esta forma o no, ya que la nada
permanece, en este caso (y permanecerá siempre) como un conocimiento. Un
conocimiento no tiene ningún peso. Un conocimiento es una justificación de la
ausencia misma, de la experiencia. Ninguna creencia pueda remplazar la
experiencia. Ninguna historia puede inscribirse en el instante. Le creencia
les hace creer que el instante o el momento siguiente o en el momento
pasado, pero ella no es el presente. El ego no ha sido hecho para conocer la
nada, porque él desaparece, aun menos el Absoluto, porque él no puede
reconocerse ni reconocer. El Absoluto no puede ser, como la nada, un deseo,
porque ustedes no pueden desear, en definitiva, eso que Son realmente, y
que ya está ahí. Es el ego que cree que el va a decidir. En un momento
ulterior, llamado muerte, la nada ya está ahí para el ego. Rechazar verlo, es
rechazar al Absoluto. Dejarlo para mañana, es decirle que él es imposible, es
una forma de negación del Absoluto. El ego busca, también a su manera, de
rechazar lo que le es desconocido, de negarlo, y diría que esa es una buena
guerra.
Si siguen estando tranquilos y en paz, si están más allá del que observa,
si están más allá del testigo, más allá de todo concepto, más allá de todo
precepto, más allá de todo consciente o inconsciente, si salen de toda
referencia, toda proyección, todo sentido de la anticipación, entonces ustedes
dejan el lugar a la Verdad, al Absoluto. No pueden reflexionar sobre el
Absoluto. No puedes plantearte la cuestión de la nada, simplemente probar el
vértigo o la plenitud (es según) pero lo que pruebas, en ese momento, no puede
validarse ni siquiera puede ser una prueba. La única prueba del Absoluto es el
Éxtasis y, en preliminar, su testigo: la Onda de Vida. Nada puede estar de más.
Y nada puede estar de menos. No hay misterio en el Absoluto, solamente el ego
lo cree y tiende a hacerlo vivir porque el ego no puede representarse lo que,
efectivamente, no tiene ninguna representación. Entonces, la palabra puede
aparecer como un mal menor, seductor o temible. Pero eso permanece como un mal
menor.
Pregunta: ¿Este estado, latente al cual hicieron alusión, como apoyo del
Absoluto, como una sensación de no tener que hacer nada, sin tener en cuenta lo
que vive la personalidad? ¿Y que la Alegría profunda y la Belleza que anima
entonces, son una Verdad a la cual uno puede colgarse?
El Absoluto no puede colgarse en ninguna parte: es
necesario pues descolgarte. Mientras estés colgado a tu propia Alegría, tú
pones tu propio límite al Absoluto y en consecuencia, no puedes vivirlo. No
puedes permanecer atado o colgado a alguna cosa. Toda atadura es un freno.
Incluso si existen capas sucesivas que permitiendo y dando la Ilusión de
subir alguna cosa, este es un momento en que incluso eso debe abandonarse.
¿Cómo puedes tu vivir el Absoluto mientras no abandones el Sí y su Alegría? Es
efectivamente mucho más fácil y más seductor vivir la Alegría, y numerosas
estructuras que se expresaron, los han invitado (El Cónclave Arcangélico, la
Asamblea de los Ancianos, de las Estrellas…) porque la Alegría es un alivio y
un consuelo que puede considerarse como benéfico. Y eso lo es, contrario a la
gravedad y a la densidad. Pero reducirse no basta para hacer desaparecer la
proyección, en la Ilusión. Es por lo tanto un momento (o un tiempo, si
prefieres), para no aceptar de estar atado. No puede ser concebible, ni
aceptable, sino el hecho de vivir la Alegría, de manera continua, pueda
permitirte, un día, se ser Absoluto. Como las estructuras que se expresaron lo
dijeron: eso les libera. Pero liberase no es necesariamente e implícitamente
vivir la Liberación implícitamente. La problemática del Absoluto, contrariamente
a la Realización, es que eso no puede ser en ningún caso una nueva Conciencia o
incluso un salto de Conciencia. No hay posibilidad porque no hay puente entre
la Realización y el Absoluto. El Absoluto es (precisamente y al contrario) la
desaparición en la creencia de todo puente, o de toda posibilidad, o de toda
Verdad a la cual permanecer colgado. Es necesario realmente no estar ya
colgado. Aceptar, de abandonarse a la Fuente de sí mismo, sin conocerla. Lo
abandonar el Sí, que se conoce, a través de la Alegría y la Belleza.
El Absoluto y el Último nunca ha sido, no será jamás, otra cosa lo que
es Verdadero y que lo Es, desde la Eternidad porque no es efímero. La Alegría a
la cual pretendes estar colgado desaparecerá en cuanto la forma
desaparezca. Eso no puede por lo tanto ser eterno ni durable, incluso si
eso está instalado de manera que les parece durable. Hay en Verdad, que
descolgarse de todo conocido, sin ninguna excepción. Desde el instante que
aparece alguna cosa como conocida, no puede ser Absoluto. Loa limites
representando los miedos, los obstáculos, no les son de ninguna utilidad, ni de
ninguna asistencia (y de ninguna manera) para que el Absoluto los encuentre. En
definitiva, el mecanismo latente es lo que da a percibir la existencia de un tiempo
y eso que da a percibir es existencia de un futuro. Pero el Absoluto no tiene
ni pasad, ni presente, ni futuro. El está más allá del Ser. Él es eso. Y tú
eres eso. No hay ningún esfuerzo a agregar. No hay ninguna voluntad a
demostrar. No puedes permanecer colgado, ni ser tributario de una Verdad
relativa, ya que toda Verdad, incluso relativa, no es lo Verdadero, es solo una
etapa. El Absoluto no es una etapa. Si tú rechazas eso, si no aceptas la
incidencia, entonces el Absoluto te encontrará. Recuerda, que no puedes atarte
ni buscar.
Pregunta: ¿Si se hizo un proyecto antes del Paso en el Absoluto, este
proyecto puede mantenerse o desaparece? ¿El Absoluto haría desaparecer el
proyecto de una forma que está en vida?
En ningún caso. Pero aunque este proyecto vendría a
desaparecer, no es una acción de la personalidad y, obviamente, aún menos una
acción del Absoluto. El Absoluto no interfiere y no modifica las circunstancias
de este mundo. No obstante, la Liberación por el Absoluto hace mover el
conjunto del Universo, el conjunto de los Mundos. Lo relativo de un proyecto,
cualquiera que sea (que eso sea un proyecto de vida, o un proyecto de
negocios), se desarrollará o no se desarrollará. El Absoluto no está ahí para
nada. El cambio de mirada sobre el proyecto y sobre la forma no requiere
obligatoriamente la desaparición del proyecto o vuestra forma. Pero eso no
tiene ninguna importancia puesto que no son ya este proyecto, y ustedes no son
ya esta forma. Que continúen soportando el proyecto, como llevando esta forma
(ya que es un peso), eso no cambia de ningún modo lo Verdadero. El Absoluto no
concierne lo limitado pero engloba lo limitado. El limitado no tiene ningún
puente ni ninguna continuidad con el Absoluto. El Absoluto lo engloba. No hay
que plantearse la cuestión de este cuerpo, como de toda relación. No hay
ninguna razón válida, objetiva o lógica, para que el Absoluto decida o quiera
alguna cosa. Por el contrario, lo relativo inscrito en una forma (ego, persona)
puede verse obligado a reposicionarse porque el Absoluto hace efectivamente
cambiar de mirada. Pero eso no es ni obligatorio ni una obligación, aunque eso
puede producirse.
El Absoluto, vivido e inscrito en una forma, sigue haciendo vivir esta
forma. No hay oposición o de antagonismo. Hay solamente la evidencia del
Absoluto, el final del cuestionamiento sobre el sentido y el porqué. Pero esta
forma relativa continúa a evolucionar o siempre es lo que ella cree. El
Absoluto puede poner fin a las ilusiones, pero no a la ilusión de este cuerpo,
no siempre, pero eso no tiene ya ninguna especie de importancia porque el que
es liberado Viviente no puede ya ser llevado hacia la muerte, o hacia cualquier
ilusión, hacia cualquier juego. Todo eso es trascendido, verificado y
verificable, a cada minuto, a cada respiración. Que este cuerpo permanece o que
este cuerpo desaparezca, el desidentificación es total con el cuerpo, sin que
haya una liberación de este cuerpo. Todo puede parecer similar y con todo, todo
es diferente, no simplemente transformado sino, realmente, trascendido. Hay un
antes y un después del punto de oscilación en el Absoluto, para la persona.
Este antes y este después pueden ser idénticos o radicalmente diferentes. Eso
no tiene ninguna incidencia y ninguna repercusión. Ser Liberado Vivo, es actuar
libremente y en Libertad, es ya no ser tributario de cualquier moral, de
cualquier sociedad, de cualquier relación. Se les libera, pudiendo al mismo
tiempo seguir estando en este mundo, pero simplemente, ustedes saben que no ya
están. Lo consideran como un juego y es un juego. Descubrieron la mascarada.
Descubrieron la estafa. Han sido liberados Vivos y no pueden estar, por otra
parte, sino Vivos. Lo que cambia y que debe cambiar no es función de un deseo
de la personalidad ni de cualquier transgresión, sino el efecto directo de la
transcendencia. Las relaciones, la localización con relación al otro, con
relación al mundo, con relación a la sociedad y a la moral, no serán más las
mismas, porque se convirtieron en el testimonio vivo del Absoluto ya que están
desacondicionados, incluso estando presentes en algunas condiciones. Allí
está la Verdad.
Pregunta ¿Puede indicar lo que permite, desde allí donde estoy, el punto
de oscilación que mencionó?
No está ya en ninguna parte. No busques más referencias. Acéptalo. No
hay nada que buscar, sólo hay ningún lugar mejor que otro. Creer y esperar que
un lugar sea mejor, te coloca en la perspectiva lineal de la persona y de la
personalidad. No puedes acercarte en ningún caso de lo que ya eres, porque eso
está ya allí. Pues este punto de oscilación depende de ningún otro, sino de ti.
Pero no de ti en una acción o en un deseo, sino en la ausencia total de ideal,
en la ausencia total de búsqueda. Se trata de una capitulación y de una
rendición total de todo lo que crees ser, de todo lo que tú manifiestas. Eso
fue llamado, algunos intervinientes, en ciertas estructuras: la Crucifixión. De
la misma forma que no es necesario colgarse a una verdad cualquiera, no hay
opinión, de mejor punto de oscilación que otro. Hay exactamente que refutar
todo lo que crees ser. Mientras haya en ti, un apego en pro de tu propia
persona, forma o envoltura sutil, esta atadura te ata (seguramente más que una
cuerda) a la persona, a la personalidad o al Sí. No hay ningún trofeo de caza o
guerra que deba lucirse. Precisamente, es necesario descolgarse de todo lo que
se tiene, hacer el vacío sin plantearse cuestiones: una forma de aceptación de
la nada, una forma de aceptación de que no hay sobre todo una medalla o
una recompensa. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o liberarse. Debe
pues estarte Presente, entera y enteramente, a la Vida, sin actividad, sin
acción, sin pretensión. Exactamente colocarse allí donde todavía ha sido: en el
no ser. Hacer cesar el yo de una persona, de una forma, de una voluntad o de
una medalla. No hay nada que ganar. No hay nada que conquistar. El hecho de
ganar y conquistar pertenece a la personalidad que quiere poseer y tener. El
Absoluto es una restitución de todos tus haberes, de todas tus medallas, de
todas tus voluntades, incluso los la más precisada o más espirituales. Porque
en definitiva, todo eso sólo representa un fraude que no tiene ninguna
consistencia, ni ninguna sustancia. Jugar Verdadero es aceptar ya no jugar.
Simplemente colocarse, recibir, escuchar lo que viene entonces, que nunca no ha
ido. Así es el Absoluto. Hacer el Silencio (y no solamente afuera) de las
actividades, cualquiera que sean, de expresiones (corporales, visuales,
sexuales o verbales), pero bien más, el Silencio Interior de la inmovilidad, de
la no voluntad y de la no volición. Dejando todo el lugar, porque no hay lugar
definido. Dejando todo el espacio porque no hay espacio al Ilimitado. Aceptado
y acoge lo que es y no lo que quiere. No hay nada a ganar. Y no hay nada a
conquistar. El hecho de ganar o de conquistar pertenece a la personalidad que
quiere poseer y tener. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o
liberarse. El Absoluto es una restitución de todas las posesiones, de todas las
medallas y de todas tus voluntades, incluso las más finas y las más
espirituales. Porque en definitiva todo eso representa un fraude y no tiene
ninguna consistencia, ni ninguna substancia. Jugar Verdad es aceptar no es
jugar. Simplemente colocarse, recibir, escuchar a ese que viene, quien jamás ha
partido. Así es el Absoluto. Hacer silencio (y no solamente exteriormente) de
las actividades, sin importar las que sean, expresiones (corporales, sexuales,
visuales o verbales) más bien el silencio Interior y la Inmovilidad y la no
voluntad, y la no volición. Dejando todo lugar, porque no hay lugar definido.
Dejando todo el espacio, porque no hay espacio para lo Ilimitado. Acepta y
acoge eso que Es y no lo que tú quieres. El Si es todavía un deseo, colmado por
la realización. El Absoluto, es un no deseo, por la Liberación. No hay nada a
manifestar, nada a crear, ni nada a emprender, porque ya todo Es.
Pregunta: ¿Más allá del punto de oscilación, la conciencia se convierte
en la Conciencia de ser el Todo ello o la conciencia desaparece?
La conciencia desaparece, enteramente. Los cuatro
Estados de la conciencia no tienen ningún sentido, ni ninguna legitimidad, en
el Absoluto. No puede existir una solución, allí tampoco, de continuidad, entre
la conciencia y la no conciencia. La conciencia está irremediablemente
vinculada a la observación, y a la proyección (que esta proyección sea separada
o no separada, es decir, en el ego o en el Sí). La ausencia de separación no es
el Absoluto, puesto que el Absoluto no puede ser comprendido, de ninguna manera,
por la conciencia misma. El único testigo que la Conciencia puede tener es lo
que se llamó la Onda de Vida. Pero, incluso, en un momento dado, debe existir
una forma de toma de distancia de eso. Esta toma de distancia no es una
distancia, al sentido alejamiento, sino una toma de distancia del propio
testigo con relación a lo que es vivido y observado. La aniquilación de la
persona, de la forma, de las percepciones de esta forma, va a inscribir la
conciencia en un punto de oscilación que desembocará, en la nulidad (para la
personalidad) y (del punto de vista no personal) sobre el Absoluto.
La Onda de Vida, vivida entonces como experiencia (con sus consecuencias
y sus implicaciones), hará de ustedes una Onda de Vida, suprimiendo la
distancia y poniéndoles en distancia. Allí es el Absoluto. No pueden existir
otros testigos u otros marcadores sino éste. La Onda salir de toda proyección,
a tal punto que experimentan (no por proyección) toda otra forma, cualquier
otra conciencia, la que sea, en algún reino que sea. Eso no quiere decir que
van a vivirlo en permanencia, pero eso forma parte de lo posible, demostrando
lo Verdadero y la Verdad del Absoluto. Pasar en lo Ilimitado los vuelve,
efectiva y concretamente, Ilimitados. Y aún más Ilimitado y sin límite de
ninguna forma, así sea la vuestra (la cual son, de manera efímera. La Onda de
Vida, como testigo y marcador, llama también, en un momento dado, de vuestra
parte, una forma de identificación y renuncia a ustedes mismos, dándoles a
vivir la Vida, más allá de toda forma y en cualquier forma, incluso si es más
fácil, en un primer tiempo, vivir eso con una forma que les es conocida o que
se les conoce, sobre este mundo o en otra parte, poniendo fin a la separación,
poniendo fin a la ignorancia, haciendo ustedes uno Liberado Viviente. Este
Liberado Viviente no tendrá nada que reivindicar, no tendrá nada que explicar,
no tendrá nada que justificar, porque él Es. Tendrá solamente que testimoniar,
sin quererlo, sin voluntad deliberada, porque eso Es y hace parte de la Vida.
El es el testigo, y es el mensajero, más allá de todo rol y de toda función.
Pregunta: ¿Cuál es el freno para pasar simplemente del Si al Absoluto?
El Si el mismo. ¿Qué es lo que puede frenar si no es el Si o el ego,
ellos mismos? El ego no puede conocer lo Desconocido. No puede vivirlo,
no puede conceptualizarlo, no puede percibirlo, no puede imaginarlo. En cuanto
al Si, el es una contemplación. Y este estado de contemplación a menudo
es vivido como una finalidad, como una conclusión. Concebir el Si como
una conclusión y una finalidad, es el freno. La resistencia al Ultimo no es, en
definitiva que esto. Y esto es, obviamente, sostenido por el miedo: miedo
de lo Desconocido, miedo de lo que no existe, para aquel que está en el final y
en la experiencia del Sí. Este miedo no puede ser combatido y, lo más
frecuente, no puede incluso ser visto ni integrado. Solo en un acto de
rendición total, de capitulación total, que la transcendencia se hace. El hecho
de que no exista el puente, de un estado al Último, es ciertamente el elemento
más traumatizante y el más insatisfactorio, para el ego como para el Sí. La
paradoja del ego y del Si, siendo limitados y efímeros es de considerarse,
ambos eternos. Hay una búsqueda de permanencia, una búsqueda de eternidad que
no podrá, por supuesto, jamás conducir al seno del yo, como al seno del Sí. El
Absoluto y el Último no pueden coexistir, de ninguna manera con esto, puesto
que esto es la negación misma del Absoluto. Es necesario, en cierto modo,
reconsiderar y situar el ego él mismo, o el Sí mismo, en lo que son, y en lo
que nunca serán. Este ejercicio no es una práctica (ni mental, ni espiritual)
sino más bien una evidencia que es necesario aclarar, de manera lógica y total.
Yo lo repito también, por esta pregunta. Nada de lo que es conocido o
cognoscible, te conducirá al Absoluto, ni releva del Absoluto.
La aceptación, para el ego o el Si, de la nada, de la desaparición, es
el requisito previo a la Onda de Vida, testigo del Absoluto. Hay por lo tanto
un conjunto de procedimientos, situados en el final, que consiste, exactamente,
en ver lo que está terminado y terminable. A fin de no adherir en ninguna
forma, a no dar peso a lo que es ya una gravedad, a no, en alguna forma,
alimentarlo. A menudo, por esta forma de encuesta extremadamente lógica (donde
definen, por ustedes mismos, lo que les es cognoscible o lo que les es
conocido), esta encuesta resultará necesariamente y muy lógicamente, al punto
de reversión. Y por lo tanto el Absoluto se revelará a ustedes. Por
supuesto, esto no va a pasar sin algunas manifestaciones de cólera, de
tristeza, de alegría, de problemas (interiores o exteriores) pero reconozcan
que lo que se manifieste, allí en ese momento, es también limitado y conocido.
Recuerden (acuérdate) que no hay propósito, que incluso no hay camino.
Hay solo la Verdad, desnuda, sin soporte, sin excusa, sin ninguna otra cosa que
sí misma: la Verdad incondicional, absoluta.
El Absoluto (desde el punto de vista de la imagen que puede
dar el ego o el Si) es Amor Luz, y Vibración. Amor, Luz y Vibración, son
lo que aparecen en el ego, desplegando el Sí. Pero todo esto se volverá
superfluo, incluso si es vivido, y deberá ser considerado como tal.
Incluso los procesos los más violentos de la Conciencia ella misma (como el
despertar del Canal del Éter o Kundalini), en definitiva y Ultimo, no
representan más que un espectáculo, una representación, una ilusión mas.
Les quedará entonces a encontrar, a encontrarse, en el no ser, en la no
conciencia, en lo que pueden nombrar desde el punto de vista del ego: la nada,
que se revelará Absoluta y Última. Pero no hay ningún camino, ningún
objetivo. Solo el Sí lo cree, solo el Sí ha estructurado un cierto número
de enseñanzas. El Absoluto no conoce ninguna enseñanza, ningún
encerramiento, ningún límite, y ninguna posibilidad de estructura.
Incluso la forma de este cuerpo es vivida por lo que es: una ilusión efímera y
por lo tanto aceptada. Pero vista tal cual es. La Libertad no tiene
precio y no es meritoria. La Libertad no es más un estado. El Absoluto es
la única Libertad, más allá de un estado, más allá de una etapa. Examinen
todo lo que es limitante, todo lo que es condición. Examinen todo lo que
es relación e incluso comunicación. Examinen lo que nombran Amor y Luz,
del lado de la persona o del Sí y rechacen todo esto. El Absoluto no es
esto. Pero el Amor y la Luz son, por supuesto y obviamente, la traducción
del Absoluto, aquí y en otra parte, pero no el Amor y la Luz vistos desde la
persona, o vistos desde el Sí, sino mas bien en la Esencia de la naturaleza
misma de esto que Es el Absoluto. No hay nada a comprender, no hay nada a
captar, nada que pueda llevar a cabo porque por esencia efímero.
Salgan de toda idea, de todo equipaje espiritual, déjenlos donde ellos están:
en el Sí o en la personalidad. Ustedes tienen que Ser el no ser, en otra parte
que dentro de esto. En ese momento, en ese momento, la reversión se hará sin
ninguna participación de vuestra parte. Porque es el tiempo.
Pregunta: Tengo consciencia que el mental mantiene el ego en percepción,
y en el momento en que este mental se retires, es el sueño que se instala o un
estado de semi-consciencia. ¿El matrimonio Místico es facilitado por este
estado de sueño?
Si, desde el instante donde te
parezca hundir o partir en lo que tú nombras sueño, nunca has estado tan
cercano del Absoluto. Porque el sueño es, en alguna forma limitada, la
desaparición del mundo y la desaparición de lo consciente. Pero un sueño
donde no existiera soñar. Por lo tanto el sueño es la manifestación en lo
limitado, de una forma cercana del sin forma del Absoluto. Todo lo que
frena el mental, todo lo que no lucha contra él, pero que le hace ver su propia
fatuidad, es útil. Pero no hagas de esto una finalidad. La meditación
solo está destinada a ser el observador de vuestro propio mental, haciéndoles
tomar una forma de distancia con relación a él. Esto, obviamente no es
suficiente para el Absoluto, pero podría formar parte de las condiciones
previas para que este Absoluto se revele a vosotros. Si el mental
desaparece, sin sueño, total y enteramente, entonces la Onda de Vida
nace. El miedo, las dudas, que están inscritas en el intrincado emocional
y mental, se manifestarán pero, del hecho mismo del adormecimiento del mental y
de la Conciencia, eso podrá vivirse mucho más fácilmente y cómodamente.
Es importante que las preguntas que hagan o que me han hecho, tengan una
respuesta. No, una vez más, para satisfacer cualquier ego, sino más bien para
volverles a la lucidez y a la estupidez de ustedes mismos. Ya que no hay
nada más estúpido que una conciencia que se cree dirigir en lo limitado.
La conciencia tiene necesidad de límites. La Conciencia misma dicha Ilimitada,
no separativa, de la Realización, conoce su propio límite por su propia
desaparición y su propia inscripción en el cuerpo. El Absoluto los des-inscribe
del cuerpo, y los inscribe en no importa cual realidad. No son ya
tributarios de cualquier forma. No son ya asimilados, y asimilables a una
persona, o a un Sí. ¿Qué mejor forma para representarlo que el estado de
adormecimiento o de sueño? El sueño (que está representado, por el ego, como
ignorancia) es, para el Absoluto, el acercamiento del Verdadero Conocimiento,
que pone fin a la ignorancia. Estas palabras que empleo pueden, por el
momento parecer sin sentido, sin lógica, pero ellas imprimen en vosotros su
Verdad absoluta y Ultima.
Pregunta: Siempre tengo muchas preguntas en mí, hoy no me llega ninguna
y por lo tanto, estoy seguro que siempre he esperado este momento. ¿Es el
miedo? ¿Puede ayudarme?
¿En qué tendrías necesidad de una ayuda? No existe ningún salvador y
ninguna ayuda. El Absoluto puede aparecer (en cierta forma, reaparecer,
ya que nunca ha desaparecido) desde el instante donde cese toda pregunta, toda
actividad. Si son capaces de detener el ego (si tanto es que pueda yo
emplear esta expresión) durante diez segundos, el Absoluto estará allí. Lo que
implica, obviamente, que jamás han podido detener el ego. Pueden transformarlo
y vivir el Sí. El Sí que puede representar, de alguna forma, una
realización del ego, pero que, como lo he dicho en mi preámbulo, no les
permitirá nunca ser Absoluto. El Abandono del Sí el mismo, es la última
posibilidad, y la única posibilidad. En el Abandono del Sí, hay la
reversión, hay el Absoluto que los encuentra. Es necesario por lo tanto
pasar del “yo soy” o del Si, al no “yo soy” y al no Sí. Si no hay
pregunta, lo que queda en ti es la única pregunta: ¿Tengo miedo? La
ausencia de pregunta, por supuesto, en el ego y la persona, no es el fin del
cuestionamiento, sino más bien, la dificultad de hacer la última pregunta, que
es la de su propia desaparición, como ego o como Sí. Y esto se realiza
solo, alcanzando la Crucifixión y la Resurrección. Es necesario también aceptar
de la misma forma que, cuando la forma llega a su fin, y que esto es anunciado,
es necesario también pasar por ciertas etapas. Solo durante la última etapa,
que es la aceptación, que hay realmente capitulación y rendición del ego y del
Sí. Y es en este momento que la Libertad aparece y que la Liberación
reaparece. No hay otra alternativa, no hay otra posibilidad que esto.
Realizar el Absoluto está, por lo tanto, más allá de toda Realización, más allá
de toda concientización. Es por lo tanto transcender de lo efímero a lo Eterno,
de la forma a la sin forma, de lo limitado a lo Ilimitado. No es
simplemente una revolución, no es solamente una transformación, no es, ya, una
finalidad, sino el Ultimo. El Ultimo no se revela que cuando todo el resto,
todo lo que es conocido, todo lo que les es conocido, como experiencia, como
incluso, conocimiento o creencia, se coloca por sí mismo en lo que el ego llama
la nada. Esto es algo que no puede ser buscado, porque desde que es
buscado, huye. No puede ser encontrado más que en la evidencia de una no
búsqueda, poniendo fin a la indagación, absurda, de lo que Es, más allá de toda
proyección, de toda conciencia, de todo mundo, de toda historia. Hay para el
que está consciente, la posibilidad de vivir eso como un abismo, sin fin, lo
que ha sido nombrado el momento donde la Onda de Vida viene a poner fin a las
dudas y a los miedos inscritos en lo que es llamado chakras. Pero esto no
es ustedes quienes lo realizan, no son ustedes que lo hacen: es la Onda de Vida
que trabaja, testigo del Absoluto y marcador del Absoluto. Esto es desde
el instante donde aceptan de no controlar, de no dirigir, de no gobernar, y que
la Onda de Vida y el Absoluto tomen, de alguna forma el control, la dirección
de la Vida. No pueden hacer de otra forma. No pueden pretender
conocer lo que sea. Hay a través de esto una invitación a vivirlo. Esta
invitación a la transcendencia es, exactamente, lo que se produce en
vosotros. Es necesario desterrar de su vocabulario, como de toda acción,
la culpabilidad, los límites, las condiciones, y por supuesto, las
preguntas. Y es allí adónde yo quiero llegar, para ti: “felices, los
simples de espíritu”, ya que la ausencia de preguntas conducen a esto.
Pregunta: ¿Por qué no tengo ninguna pregunta qué hacer?
Entonces, escucha tu propio silencio y en el espacio de este silencio,
donde no hay ninguna pregunta y ninguna respuesta, se establece la resonancia
de lo que es nombrado “de corazón a corazón”, bien mas allá de la localización
de tu corazón y de mi corazón, que es el corazón como centro: espacio y
tiempo donde se establece la Verdad, más allá del ego y de la persona, más allá
del Sí. Espacio y Silencio donde no existe ninguna reivindicación y
ninguna justificación. En este momento puede llegar lo que debe llegar.
Ahora o después en la perspectiva temporal del ego, se inscribe, en tu corazón
y en mi Centro, el Silencio, la ausencia de pregunta y el abrasamiento de tus
sentidos conduciéndote a tu esencia y a tu naturaleza, Silencio. La
Pregunta puede ser considerada como ausencia de Silencio. Toda pregunta,
como toda respuesta, en nuestros intercambios que llamaría (si lo quieres bien)
tuyos y míos. Porque no hay nada, en medio, ninguna distancia, no hay nada que
no te pertenezca. Las preguntas, como las respuestas, mantienen un
espacio. Este espacio, en sí mismo, no es nada, pero es también Ondas
que, más allá de este mundo, son una señal. El Silencio es, de alguna
forma, la señal de la resolución. Es preparación, como el sueño, desde el
instante donde no está colmado por nada más, ni deseo, ni proyección.
Entonces sí, también es preparación.
Pregunta: Hay también una personalidad, por lo tanto uno es ¿puede uno
programarse y reentrar en el Absoluto, o eso no es posible?
¿Quién está sujeto? El ser humano. Mientras que haya consideración
de esta manera, en la creencia en una enfermedad, ¿qué es enfermedad? El
Absoluto no conoce nada de todo esto. Mientras que la conciencia de
crédito a cualquier perturbación de la persona (llamada enfermedad, alegría o
dolor), ustedes consideran por lo tanto (y esta persona considera) que ella
está inscrita en una linealidad. Nada puede representar un obstáculo para
el Absoluto, si no es uno mismo. Esta pregunta denota un comportamiento,
de naturaleza ilusoria, de adhesión a sus propios límites a sus propios
condicionamientos. ¿Cómo puede uno adherir a sus propios
condicionamientos, efectivamente y concebir incluso que el Absoluto pueda
existir? Las proposiciones de esta pregunta denotan una voluntad de comprender
lo incomprensible, de apropiarse el Absoluto. Esto no será jamás, jamás
realizable. Mientras que no haya rendición, mientras que el ego quiera
comprender, mientras que el ego crea que él está enfermo, que existe un nacimiento,
que existe una muerte, el se inscribe el mismo, de manera formal y fuerte, en
sus propios límites, en sus propios condicionamientos y en su propia estupidez.
No se puede considerar una realidad cualquiera que el nacimiento y la muerte.
No se puede imaginar cualquier densidad que la enfermedad y el sufrimiento, si
esto no es colocándose a sí mismo en el seno de sus propios límites y
reforzándolos uno mismo, es decir cerrando la puerta con doble vuelta. No
hay ningún lugar para el Absoluto dentro de esto. La prisión está
cerrada. Creer que lo que es efímero, como una persona (en sus alegrías
como en sus dolores, en la enfermedad como en la muerte), va a poder liberarse
uno mismo de esto, es la estupidez más total. Solo el ego es
estúpido. Querer resolver, querer salir de prisión permaneciendo en ella,
es verdaderamente ilógico. Ustedes no son ni esta prisión, ni este
cuerpo, ni esta enfermedad, ni este nacimiento, ni esta muerte. Mientras
que hagan esta ecuación, dan vuelta en círculo y no saldrán jamás. Por
otra parte, ¿quieren salir? Allí está la pregunta. Seguramente no.
Digan lo que digan, cualquier cosa que declamen, cualquier cosa que
reivindiquen, se inscriben, a través de esta pregunta, en el ego y en la
persistencia del ego, lo que es también ilusorio puesto que el ego no tiene
ninguna persistencia. Pero el solo es casi una paradoja. El Absoluto no
es en ningún caso una reflexión, no es en ningún caso una comprensión, por el
ego o por el sí. El Absoluto Es. Ustedes no pueden tener cualquier pretensión
al Absoluto porque él Es. Pero mientras que no hagan morir el ego (sin
complacerlo sino simplemente refutándolo), no están en la lógica de la Vida
sino que están en la lógica de la negación de la Vida. Están presentes en
una ilusión llamada el cuerpo, están presentes en una sucesión de vidas que
llaman reencarnación. Están allí desde tiempos inmemoriales. ¿Nunca
han salido? ¿Quieren salir? Reflexionen: ¿dónde está la lógica? quieren
agarrarse de lo inasequible. Quieren apropiarse lo que Son. Esto es
absurdo, totalmente absurdo. Dan peso y densidad a vuestro propio efímero
reivindicando la Eternidad. Esto no puede funcionar de esta manera. ¿Qué
buscan? No hay nada que buscar. ¿Qué persiguen? No hay nada a proseguir,
ni a seguir. Detengan, deténganse, acuéstense y quédense dormidos. El
milagro de la vida está allí. Independientemente de ustedes, y
felizmente. Más allá de toda historia y de toda condición. El ego
representa un conjunto de reivindicaciones y quiere poner sus condiciones. Lo
que es imposible.
Pregunta: Temo extremadamente la noción de la nada y la idea de
desaparecer me aterroriza. Cómo puedo deshacerme de este miedo, ya que al mismo
tiempo estoy muy atraído por la noción del Absoluto, pero esto es aún muy
intelectual. ¿Cómo me libro de este rechazo de lo que verdaderamente Soy?
No hay nada a rechazar. Hay una incomprensión. Refutar no es rechazar,
sino simplemente aceptar todo. Hay una incomprensión intelectual y
mental, total. El ego juega a no entender, porque él quiere aprovecharse
de esta noción de la nada. No hay nada que desaparece. Hay más bien lo
que aparece. Solo el ego cree en esto. Este temor está secretado y
tú le das peso a este miedo. Te complaces por lo tanto, en alguna forma en tu
propio juego, reivindicando la seducción del Absoluto, pero manteniendo, por lo
mismo, tu negación del Absoluto. Te dicen que desaparecerás un día, que
tu lo quieras o no. Eres falible y eres efímero. Si te colocas en el ego, solo
puede aparecerte el miedo. El ego que se cree infalible e inmortal,
es falible y mortal. ¿No es esto risible y a la vez patético? No hay nada
permanente en lo que tú crees: solo hay lo efímero, y solo hay lo ilógico. ¿Y
querrás apoyarte sobre esto para superar cualquier cosa? Esto es estrictamente
imposible. Muere a ti mismo. Considera tu aspecto efímero, acéptalo, en
totalidad. Aceptar la condición efímera del ego es la única forma de
llegar a la Unidad y con más razón al Absoluto y Último, no puedes existir
mientras que el ego juegue a este tipo de juego. Ya que tu no existes
antes del nacimiento y después de la muerte. ¿Cómo puedes incluso pensar que en
esto puedes imaginar vivir el Absoluto ya que te inscribes a ti mismo en
tu propia desaparición y en tu propio temor de desaparecer? Ahora que he hablado
de aparición y no de desaparición. El ego contradice y devuelve todo. Allí es
su problema. Pero no puedes luchar contra eso: no puedes más que reír. Es
decir poner una distancia y no un rechazo porque esto es y forma parte de lo
que tú vives. Pero esto no es la vida. Aceptar esto, es ya reírse de sí,
y reír de su ego. No para darle más peso del que tiene, no para concederle
crédito y sobre todo no creerle. Sobre todo cuando él te afirma que vas a
encontrar o que estás atraído por el Absoluto. Uno no puede ser atraído por lo
que uno Es: solo el ego es el que hace creer esto. Conviene por lo tanto
cambiar de mirada, cambiar de estrategia y de no creer todo lo que te dice tu
ego, porque el hará todo lo posible (y él sabe que tiene toda la potencia para
hacerlo) para alejarte de lo que Eres. No te será de ningún recurso, ni
de ninguna utilidad para el Absoluto. No puedes por lo tanto imaginar, de
ninguna manera, encontrar cualquier solución, mientras que permanezcas allí
donde estás. Solo tú eres quien puede aceptar y estar de acuerdo a la estupidez
de tu ego, sin por ello rechazarlo. Verlo, mostrarlo, no es rechazarlo.
Simplemente comprenderlo y quizá familiarizarse, y sobre todo no obligarlo,
porque él te sugerirá siempre el miedo al Absoluto, considerado por él como la
nada.
Pregunta: ¿Por qué ser Todo y Nada es difícil y fácil a la vez?
Si esto es el caso, realmente en tu vivir, entonces no me hagas la
pregunta y no te la hagas. Porque si esta pregunta emerge, si esto
está a la vez así de simple y si esto no es solamente una afirmación mental,
entonces no habría esta pregunta. Por lo tanto, esta pregunta no hace más
que traducir el juego de tu propio mental entre el Todo y la Nada. Puedes
discurrir del Absoluto hasta agotar la sed, podrías escribir una
enciclopedia, no es por eso que lo vivas porque no puedes dar testimonio
mental del Absoluto. No puedes más que describir los efectos, los síntomas, si
prefieres, que este procura en el seno de esta forma. Todos aquellos que
han vivido el Absoluto han empleado el mismo lenguaje: el lenguaje del Amor, de
la Libertad, el lenguaje de la Onda de Vida. Hacer la pregunta del Todo y de la
Nada que es tan simple y tan difícil, no es más que una forma de aceptación o
de acepción mental de una interrogación que descansa allí en este nivel.
Esto es simple, pero esto deviene extremadamente complicado desde que el mental
se entromete, porque él se enredará necesariamente en sus propios razonamientos
y no podrá jamás salir porque el Absoluto no es ningún razonamiento, es apenas
lógico y simple. Es lógico y simple que lo que te permite incluso
expresarte es bien este cuerpo, esta lengua, esta boca. ¿Tiene ella una
existencia más allá del nacimiento y de tu muerte? Reflexiona en esto. ¿Es que
podrías hacer esta pregunta estando muerto? ¿Cuál pregunta podría emerger
del sueño o de la muerte? El Todo y la Nada quedan en un concepto mental
que es los dos extremos de tu propio límite. El Todo no es el Absoluto,
querer eso, el se llamaría el Todo. Asemejas de manera dudosa, el Todo y la
Nada, con el Absoluto, porque esto conviene a tu mental que se proporciona así
una coartada y un pretexto de interrogación al nivel mental. Pero
Mientras que permanezcas en este límite del Todo y la Nada, es como si
permanecieras en el límite del bien y del mal. Esta ecuación es insoluble
en el mundo de la acción y reacción.
No puedes resolver esta ecuación en el nivel en donde estás
situado. El bien y el mal, el Todo y la Nada, pueden ser expresados a
través de nociones filosóficas morales u otras, pero ellas permanecen al
interior del marco. La personalidad solo puede conocer la personalidad.
Ella puede describir todos los engranajes, todos los mecanismos pero conocer
los mecanismos y los engranajes no permitirá jamás escapar del mecanismo y el
engranaje. Reflexionen eso. Incluso el título de tu pregunta refuerza tus
propios límites y tus propios frenos. Te colocas, de alguna forma y en
definitiva, en un límite que llamaría mental, inscrito en su lógica de bien y
de mal, de Todo y de Nada. Este mental allí espera controlar, dirigir, reducir
en alguna forma al Absoluto, para su propia capacidad. Pero una vez más,
no es tu mental que va a encontrar el Absoluto, es el Absoluto que va a
disolver tu mental, desde el instante donde aceptes capitular, es decir de
perder la cabeza. El que tiene miedo de la locura no hace más que reflejar su
propia locura. El que tiene miedo de la vida solo refleja su propia vida. Esto
es un asunto de proyección, o si lo prefieres, de imaginación, que solo tiene realidad
en la personalidad, que viene a reforzar la personalidad. Y eso sin
final. Reflexiona en esto.
Pregunta: Me pasa aún estar desestabilizado después de haber sido
espontáneo o en la simplicidad, constatando que la persona no me ha entendido o
me ha entendido exactamente a la inversa de lo que pensaba haber
expresado. Pierdo entonces todos mis recursos y soy menos claro en mis
explicaciones, llevado por el temor de pasar por increíble. Continuo a
pesar de todo para dejarme ir hacia la espontaneidad y a la simplicidad y
después de algún tiempo, juego a dejar de justificarme sobre el momento, sino
después. ¿Cómo encontrar lo que no va en mi forma de ser espontánea?
¿Quién necesita ser justificado al exterior de si? Eres
responsable de lo que expresas pero no eres responsable de lo que está
incluido. Mientras que le dé una importancia a lo que está incluido, estás en
una proyección y por lo tanto en una necesidad de aprobación o una necesidad de
recompensa. ¿Qué es lo que en ti tiene necesidad de recompensa, de aprobación y
de reconocimiento? ¿Qué es lo que en ti, está herido por la ausencia de
reconocimiento, si no es el ego? El ego que tiene necesidad de ser reconocido
como válido. Pero ¿es que un ego puede validar a otro ego que lo haya comprendido
o no? Mientras que tú te veas en la mirada del otro, a través de una
comprensión (el otro solo es un ego como tu), ningún ego puede consolarte, el
tuyo como el de otro. Esta ecuación allí no puede ser resuelta, porque el ego
siempre estará insatisfecho. Allí también, el te hace creer que tu puedes
llegar a la perfección. Esto es imposible. E incluso si hay un sentido de
la perfección, esta perfección que no te haría salir de tu propio ego. Eso lo
reforzaría porque en ese momento habría reconocimiento y habría recompensa y
habría alejamiento del Absoluto. Por lo tanto cómo hacer para llegar a
esto no es ciertamente un consejo que pueda darte. Más bien te puedo dar un
consejo, este es: No te apegues más a esto. Porque te encierras a ti
mismo en una relación y esta relación es una relación de distancia. Hay a
través de lo que expresas, la necesidad de reconocimiento, pero más allá, la
necesidad de ser reconocido y aún más allá, la necesidad de empatía, que no
será jamás la fusión del Absoluto, y aún menos la Unión Mística. Mientras
que no hayas rechazado (y allí hablo de rechazo y no refutación) este mecanismo
de funcionamiento, ni el Sí, ni el Absoluto podrán aparecer. Imaginas la
perfección en el seno de lo conocido. Ningún conocido puede ser perfecto porque
es efímero. Y la perfección no puede pertenecer de ninguna manera a un
efímero. Puede dar un sentimiento, el sentimiento de algo que ha sido realizado
perfectamente, como en una relación como el hecho de ser comprendido en lo que
ha sido expresado. Te repito: eres responsable de lo que expresas, pero
no eres responsable de lo que es comprendido. De esta manera creas tú
mismo las circunstancias propias de tu propia herida y en lugar de cerrar la
herida, la reabres cada vez. Preciso no obstante que el Absoluto no tiene nada
que hacer de este juego. Pero mientras que juegues a esto, a través de esta
necesidad de reconocimiento, esta necesidad de ser reconocido, te colocas
incansablemente en la esfera del ego porque el Absoluto no tiene necesidad de
ser reconocido. A ti te corresponde saber qué juego y cual partido pretendes
jugar. Pero no puedes competir en los dos partidos.
No puede existir ningún Absoluto en una relación verbal, en una relación
afectiva. Por el contrario, el que es Absoluto puede concebir establecer
una relación Absoluta, pero que no será ya una comunicación, ni una relación
emocional. Pero entre estas dos conciencias entonces se establecerá, allí
también, una transcendencia que se establece de corazón a corazón, de cabeza a
cabeza, de pelvis a pelvis, de pierna a pierna, de cuerpo a cuerpo, hasta el
punto donde el otro deviene sí.
Esto no es ya una relación, esto no es ya una comunicación, esto es una
Unión Mística que no se lleva bien con ningún juicio, con ninguna necesidad de
reconocimiento, o de ser reconocida y sobre todo con ninguna necesidad de
justificación. Es por lo tanto urgente de captar que no hay nada a demostrar al
exterior de si, de la misma manera que no hay nada a demostrar en si, como al
exterior de sí. Que toda búsqueda de pruebas o de aceptación no es (como te lo
he dicho) más que el reflejo de tus propios miedos de ser tu-mismo
independientemente de la mirada de los demás, independientemente de la
comprensión de los demás. Existe por lo tanto una forma de dependencia hacia
los demás. Porque tu esperas encontrar en la mirada del otro, o en el
asentimiento del otro, lo que es estrictamente imposible y te aleja de ti
mismo. Por lo tanto no hay nada a pretender solucionar en la pregunta que
haces. Hay solo a ver claro en lo que tú planteas, y lo que hay por lo tanto a
remover, para ser Libre y considerar la Libertad.
Pregunta: a nuestra llegada a esta
Dimensión, estructurada, perfecta e ilimitada ¿cómo es posible haber llegado
tan bajo en esta Dimensión, en Vibración y Conciencia? ¿Por qué?
Ese mecanismo se llama descenso. Este
descenso está ligado a un punto de vista cada vez más estrecho y limitado,
incluyendo a la Conciencia en su propia limitación (en una auto limitación) que
gradualmente (en tiempos muy extensos) la induce a aislarse y separarse cada
vez más. Esto se ha descrito en muchos textos muy antiguos, que hablan de eras
y épocas que se suceden y llevan a descender gradualmente a la Conciencia, a
los bajos fondos del olvido. Pero esto solo tiene un tiempo. Desde el instante
en que la mente es capaz de mirarse con toda honestidad, con toda lucidez y de
manera lógica, efectivamente llega a considerar esto como un proceso absurdo,
inicuo. La problemática ha sido no intentar responder a esta clase de pregunta
porque, por supuesto os va a llevar, no solamente a constatar el estado de la
Conciencia sino más bien, a encontrar las causas. Ahora, os recuerdo, el
Absoluto no tiene causa. Querer buscar una causa (una explicación) te volverá a
enviar sistemáticamente, a esa causalidad y por tanto a la Dualidad. Plantéate
la cuestión de por qué hacerse esa pregunta. ¿Qué necesidad hay de explicar o
de lamentar? ¿Cuál es ese alejamiento de lo que tú Eres, que permite
preguntarse sobre lo que tú consideras como triste o como anormal? No
consideres lo que es anormal, sino mira lo que es normal. De igual forma que la
Dualidad consiste en ver el bien y el mal, la Unidad solo consiste en ver la
Unidad y no dejarse llevar de ninguna forma y manera, a disertar, a plantearse
cuestiones sobre el bien y el mal, porque la ecuación del bien y del mal, por
su propia naturaleza, es irresoluble. Cualesquiera que sean los aspectos
importantes en una vida dirigidos al servicio, a la dedicación, cualesquiera
que sean las concepciones filosóficas o incluso espirituales, (relativas al
bien y al mal), no desembocarán jamás en una solución, porque la solución solo
puede existir, en tanto existe un antagonismo. Yo hablaba ayer, de las dos
extremidades de un límite. No porque lleguéis a una extremidad de un límite,
conocéis todos los límites, la otra extremidad pero, sobre todo, que estéis
aptos para superar este límite. Necesitáis literalmente, extraeros de esta
noción de causalidad. Esta causalidad permite explicar este mundo y solo este
mundo. La causalidad permite expresar las leyes de acción/reacción, las leyes
del Alma pero jamás, la ley del Absoluto. Porque el Absoluto solo conoce una
única ley que es la de la Unidad Abandonada ella misma, es decir el principio
mismo de la Unidad. El factor causal, sea el que sea (en vuestra vida, en la
historia de la vida sobre este planeta) remite necesariamente, a un inicio y un
fin. La causalidad solo puede estar inscrita en el Absoluto y solo puede
derivar su lógica a partir del Absoluto. La causalidad (acción/reacción,
principio y fin) se inscribe en una historia y no en la Verdad. Porque toda
historia está inscrita en un tiempo lineal, en ciertos límites que son también
los tuyos, pero que no corresponden a la Verdad. La historia es, de alguna
forma, el esqueleto de lo que queda de la vida. Las carnes se han ido. Queda
algo que está petrificado. Queda algo que no participa en la Vida. Hoy se te
pide ser la vida. La Llamada de la Luz hace resonar en ti, no ya la causalidad
sino la sed de Absoluto. Aunque estas palabras te son desconocidas, aunque te
parezcan fuera de toda causalidad y por tanto, de cualquier posibilidad, no
sigue siendo menos verdad que es la única y sola Verdad. Plantear en tanto que
Absoluto (osar plantear en tanto que esto) va a poner fin, de manera muy rápida
(por la estigación misma de lo que es el Sí, de lo que es el ego y por tanto,
de lo que no es el Absoluto), os conducirá a las puertas de lo que el ego llama
la nada y por tanto a experimentar y vivir la experiencia que es Absoluta. Cierto,
en momentos bisagra, ha sido oportuno que se os dé (o que os hayan dado, puesto
que yo no he participado) ciertos elementos relativos a la historia.
Simplemente para mostraros y demostraros hasta qué punto la historia puede ser
deformada, arreglada, invertida y manipulada de tal manera que hará que deis
siempre la espalda a la Verdad. Porque os llevan siempre (esas historias) a
creer en historias y no en vosotros. El ser humano tiene necesidad de
historias, en tanto que están inscritas en su conciencia, en la causalidad.
Desde que circunscribe su conciencia a las esferas del Absoluto (e incluso en
el Sí), la historia ya no tiene sentido. No tiene dirección. Ya no tiene lógica
y no tiene justificación. La historia no es más que la coartada que provee la vida,
que rechaza conocerse. La historia no es más que el último recurso que quiere
dar a la mente, la certeza de que puede explicar su presente mediante un
pasado.
Ahora, ningún presente se explica por el
pasado. Todo lo que pudiera ser explicado como consecuencia de un pasado, os
circunscribe aun más en una ilusión. Ciertamente, aquellos que tienen tendencia
a querer que la historia se repita y no acabe en el final de la historia,
crearán ceremonias, conmemoraciones, aniversarios que van a mantener de alguna
forma, el peso del pasado en vuestro propio presente. Por cierto que no lo
hacéis mejor cuando festejáis un año nuevo, un aniversario o una fiesta (sea la
que sea) a fecha fija. Porque en ese momento, conmemoráis el pasado. Hacéis
vivir y revivir el pasado en vuestro presente donde no hay nada que hacer.
Porque mientras que el presente (que vivís) esté coloreado por un pasado
cualquiera, no podéis pretender la Unidad, no podéis pretender el Absoluto y no
podéis vivir ese Absoluto. Os hace falta efectivamente, desacondicionar,
desempolvar, eliminar, refutar todo lo que no es el Instante. El Absoluto no
está presente más que en el Instante. La única forma de encontrarlo (la única
forma de manifestarlo) es vivir totalmente el Instante. No hay pasado. No hay
futuro. Solamente hay el Instante donde se extiende el Absoluto. Solo parando
el tiempo, de alguna forma (vuestro tiempo lineal), es como podéis real y
concretamente, alcanzar el Absoluto y vivirlo. Cualquiera que sea el elemento
que hayáis vivido, cualquiera que sea el afecto que os comprometa en vuestro
presente, vosotros no sois eso. Mientras que le deis crédito, no podéis vivir
el Absoluto. Haced la experiencia. Una vez más, no me creáis. Experimentadlo y
ved vosotros mismos, si esta lógica se aplica en la vida. Salid de la historia.
Salid de toda historia porque vosotros no sois una historia, ninguna de las
historias. Mantener la historia, mantener una leyenda personal, os aleja de
manera importante del Absoluto y de la Verdad. Todo lo que hacéis revivir (en
pensamientos, en emociones, en ritos, en rituales, en conmemoraciones, en
fechas) no tiene ningún sentido para el Absoluto. Vedlo vosotros.
Plantéate simplemente, la única cuestión que
vale la pena: ¿qué Soy? Y cuando veas por ti mismo, que no puedes definir el
“qué Soy” o el “Yo soy”, abandonaras el “Yo soy” por el no ser. Sea lo que diga
el ego. Porque este acercamiento al Absoluto es de una lógica implacable. Esta
investigación (si ha llegado a su término) os conducirá, como la Vibración, más
allá de toda manifestación, más allá del ser y del no ser, para estableceros en
un primer momento, en el no ser en el que existe el Ser y que confiere (si se
puede decir) el Absoluto. Debéis estar plenos. Plenos, no de preguntas sino
plenos de certeza del Absoluto, no como creencia sino como refutación de lo que
es relativo, refutación de lo que es efímero, refutación de lo que es limitado.
Cada minuto de vuestra vida, retened que no es una despersonalización o una
retirada de la vida sino más bien, una transcendencia de la personalidad que os
hace penetrar en la Vida. No esa que vuestros ojos os dejan ver. No esa que
vuestras palabras definen. No esa que podéis tocar, sino la que sois vosotros
más allá de cualquier sentido. Es necesario pues, dar la espalda a la
causalidad. Ese dar la espalda a la causalidad (expresado de otra forma) quizá,
no juzgar, ni siquiera el principio de caída, ni siquiera la causalidad que ha
creado esta conciencia limitada. El no juicio es el hecho de no ver una
separación o división. No hay mejor forma de vivir el Absoluto. Os recuerdo que
en el Absoluto no puede existir ningún límite, ninguna separación, ninguna otra
conciencia que la que sois (reagrupando el conjunto de las otras Conciencias) y
desembocando, de manera ineluctable en la Conciencia que no es la
inconsciencia. Salid pues (y salid ahora) de la causalidad. La causalidad
corresponde al cuerpo. Corresponde a las leyes del alma. Este cuerpo tiene
hambre: hay que alimentarle. El alma tiene sed de experiencias: hay que proporcionarle
esas experiencias. El alma gusta de amar en el sentido de posesión, en el
sentido de la experimentación en la matriz (tal como la llamáis). El alma está
pues, circunscrita a la causalidad. Vosotros no sois la causalidad. No sois
pues, ni este cuerpo, ni esta alma, ni este espíritu, ni esta vida, ni este
pasado. Vosotros sois la Vida. Si situáis vuestra mirada de esta forma,
constataréis que no se trata absolutamente de una negación de la vida sino más
bien, de una entrada en la Vida y que muy rápidamente, los procesos en curso,
actualmente, serán vuestros. No hay otra solución. No hay otra alternativa. No
hay otra posibilidad que ser Absoluto o refutar el Absoluto (desde el punto de
vista del ego o del punto de vista del Sí). Reflexionad simplemente (si es que
pudierais definirlo): ¿qué objetivo existe en la personalidad, qué objetivo
existe en el alma? Mirad ese objetivo y comprended, en segundo lugar, que no
puede existir objetivo futuro. Porque cualquier futuro os aleja, una vez más,
de vuestra Presencia y del Absoluto. Obviamente, la ley de acción/reacción va a
hacer cualquier cosa para manteneros en sus redes. Os hace comprender (y
captar) las leyes: las de la encarnación, las del karma, las de la astrología,
las de la energía. Os va a dar una serie de explicaciones, directamente ligadas
a la causalidad y todo funciona como en este mundo. Pero terminaré diciéndote
que tú estás más allá de toda causalidad. ¿Qué quieres ser? ¿Qué quieres
manifestar? ¿Lo que tú Eres en Verdad, o la causalidad con la que estás
afectado? Lo tienes que ver tú.
Pregunta: ¿por qué este mundo de la Dualidad
se ha creado? ¿Es porque en el mundo del Absoluto, de lo Ilimitado, existe el
aburrimiento?
Te responderé que el que hace esta pregunta,
se aburre ciertamente. La Felicidad, el Éxtasis y la Intasis del Absoluto no
puede, en ningún caso, ser un aburrimiento. El único aburrimiento está aquí.
Todo os aburre: las necesidades fisiológicas, la necesidad de ganarse la vida,
la necesidad de mantener y llevar vuestra Conciencia permanentemente, a un
cuerpo, a las relaciones, pasando por la herramienta incompleta llamada
lenguaje. Por otro lado, el mundo del Absoluto no puede existir. El Absoluto no
es un mundo. No es un universo ni siquiera un multiverso. Está más allá de todo
lo que es creado. Es el soporte de toda creación. No es el aburrimiento que ha
causado lo que sea. El Absoluto no puede, en ningún caso, ser un aburrimiento
de ninguna clase, puesto que con unas pocas palabras se puede definir como:
ilimitado, perfecto, lleno, vacío Eterno, Gozo, Éxtasis e Intasis, sin tiempo y
sin espacio. ¿En qué el aburrimiento podría surgir de esto? Ni menos que exista
una necesidad de experimentar. Porque lo que dice la experiencia en lo
limitado, conduce a introducir sistemáticamente, una noción de evolución o de
involución y por tanto, un principio de causalidad. Mientras que penséis así,
efectivamente, el mundo del Absoluto puede pareceros aburrido. La experiencia,
sobre todo, solo es la búsqueda del Absoluto. ¿Cómo el Absoluto podría limitarse
a sí mismo, para después, reivindicar el Absoluto? Tanto más porque la
perfección es inicial y no final. ¿Qué interés tendría para el Absoluto,
hacerse relativo? Por supuesto, desde el punto de vista de lo relativo, es muy
seductor hablar de experiencia (de conocerse a sí mismo a través del
observador, a través de la existencia de un objeto o sujeto) pero es una visión
fragmentaria. El Absoluto, estando fuera del tiempo, fuera de toda linealidad,
simplemente para él, el mundo no existe. Simplemente para él, el límite no
tiene substancia alguna. El aburrimiento es aun más, tener todas vuestras
ocupaciones, incluso observando la belleza porque observar la belleza os
obligará en lo lineal, un día u otro, un instante u otro, a ocuparos aunque
solo sea, de vuestras necesidades fisiológicas. A menos que entréis en Samadhi,
como algunos han realizado, a menos que entréis en el Absoluto manteniendo una
forma, no veo por qué razón habría cualquier aburrimiento. Cualquiera que sea
vuestro entusiasmo, cualesquiera que sean vuestras capacidades de Alegría,
cualesquiera que sean vuestras instalaciones en el Samadhi, eso no es el
Absoluto. Solo la salida del tiempo lineal del espacio, del espacio-tiempo (no
como una negación sino como una aceptación lógica), solo en ese momento,
superáis y transcendéis el aburrimiento de este mundo.
El Absoluto no es un mundo. Yo diría que es
la Transcendencia del mundo y por tanto, aunque los mundos parezcan existir en
el interior del Absoluto (presencia de lo relativo en el Absoluto), esto no es
más que una visión (repito) fragmentaria y limitada. El Absoluto no tiene
necesidad de ninguna experiencia, de ninguna memoria. Es, desde toda Eternidad,
perfección y belleza, bastándose a Sí mismo, sin ninguna proyección, sin
ninguna experiencia. La experiencia (en este mundo como en otros) en
definitiva, solo es un alejamiento (Vibratorio, espacial y temporal) que os
hace creer todo lo que podéis creer (u osáis creer). Pero el total de estas
creencias solo representa una falta de Luz, una falta de Amor. El ser humano
pasa su tiempo proyectando el amor y dice que ama. Pero no podéis Amar y no
podéis decirlo porque vuestra naturaleza (y vuestra Esencia) es Amor. Y no
podéis conocer lo que sois, desde un punto de vista limitado. Solo podéis proyectar
(en la pantalla de la conciencia) un objeto. Convertiros en el testigo (o el
observador) de lo que habéis proyectado (de una obra creada, de un trabajo
creado, de un estudio hecho, de una relación de pareja, de una relación de
madre a hijo) pero no podéis conocer lo que Sois. Solo podéis exteriorizar en
este mundo, una acción, una reacción y tratar (en esta acción y reacción) de
encontrar un hilo conductor que no existe, entre lo limitado y lo ilimitado.
El único aburrimiento es ser relativo. Ser
Absoluto no incluye ningún aburrimiento. Solo la conciencia del ego plantea
esta cuestión porque el ego está circunscrito a una realidad llamada
tridimensional y por tanto a un espacio-tiempo dado, que da la impresión de que
hay experiencias que realizar, una avidez (avidez que permitiría alcanzar lo
Ilimitado) lo que, evidentemente, no puede llegar nunca. Ninguna experiencia de
este mundo, ningún trabajo de este mundo, ninguna evolución ilusoria de este
mundo, os llevará a vivir el Absoluto. Solo cuando renunciáis, solo cuando os
abandonáis el Sí, el Absoluto se desvela y se convierte en lo que Sois.
Recordad: no existe ninguna solución de continuidad. El Absoluto es una
convulsión, no solamente un cambio de punto de vista (como he dicho ayer) sino
más bien, una convulsión donde estáis obligados a hacer cesar (de una manera o
de otra), sin negarlo, el conjunto de manifestaciones de causalidad, cuya
primera causalidad es este cuerpo. Vosotros estáis en este cuerpo pero, en
ningún caso sois este cuerpo, ya fuera un Templo. Por supuesto, hay que
alimentar el Templo, mantenerlo. Y ahí comienza el aburrimiento, aunque os
guste lavaros. Porque evidentemente, hay repetición. Así que ciertamente, hay
conciencias que aman la reiteración porque da la certeza de repetir los mismos
gestos, de reproducir los mismos actos: comer a tal hora, acostarse a tal hora,
levantarse a tal hora (exceptuados los fines de semana). Todo esto os lleva sin
falta, a una rutina donde nada es nuevo. Si miráis bien, todo es antiguo, todo
está usado. Solo el mundo es bello porque manifiesta (con lo que os hace ver)
los ciclos, las estaciones. El sol se levanta siempre en el mismo lugar. Se
pondrá por la tarde, en el mismo lugar. Es una certeza (al menos hasta cierto
punto) y habéis vivido justo eso. El aburrimiento está ahí. Ciertamente no en
el Absoluto. Y no existe mundo del Absoluto.
Pregunta: las resistencias a vivir el
Absoluto han sido siempre más fuertes, cuando la elección primera es vivir el
Absoluto, aquí, sobre la Tierra. ¿Por qué?
Tú no puedes vivir el Absoluto. Solo puedes
vivir la Vida. El Absoluto está más allá de cualquier vida. Se ha propuesto
vivir el Absoluto en un relativo llamado esta forma, este cuerpo y esta vida,
porque las circunstancias (los ciclos de este mundo) alcanzan un escalón, una
Transcendencia, también. Cuando lo efímero de esta vida desaparece (puesto que
está limitada entre el nacimiento y la muerte), lo que subsiste en ese momento,
queda encerrado. Con otras reglas, otras leyes pero, es aun un encierro. Hoy, es
diferente. Hay una mayor facilidad para extraerse de un punto de vista dual. Lo
que ha estado abierto, a nivel de la Luz (el Despertar del Sí, la realización
del Sí), no ha sido ciertamente un error sino una etapa mayor hacia el
Absoluto. Por supuesto, siempre es posible creer (y esperar) que el Si va a
hacerse Absoluto. El Sí no puede en ningún caso, hacerse Absoluto. Porque el
Sí, es poner fin a la separación del ego y circunscribir la Conciencia y la
Vida en la no separatividad, en la no distanciación. Hay realmente, posibilidad
de Comunión, de reunión, pero no de disolución. El Absoluto os hace vivir todas
las vidas de todos los mundos. El acceso al Absoluto o aun más, al Despertar al
Absoluto (que siempre ha estado ahí), se ha hecho mucho más fácil hoy, por la
desaparición de lo que se llamó, creo, las franjas de interferencia del astral
que os ocultaban literalmente, la Verdad. Entended bien que no es cuestión de
vivir el Absoluto sino de ser el Absoluto. Ser Absoluto está más allá de todo
estado de ser. Es también, poder situarse en cualquier punto de vista de esta
forma ocupada que es el cuerpo, como de cualquier otro cuerpo. Es pues la
Libertad, la verdadera. No la de pensar en la prisión, que se puede salir de la
prisión. No esa de edificar hipótesis o justificaciones al hecho de estar en
vida, porque todo esto gira en redondo. No existe salida. El ego y la noción de
evolución van a haceros creer (y haceros adherir) al hecho de que será mejor
mañana. Pero no hay absolutamente nada de mejor mañana que sea posible. Además,
mañana no existe, ni ayer. Mientras vosotros consideréis que existe un mañana,
mientras que consideréis que existe un ayer, el Absoluto no puede llamar a
vuestra puerta. Yo hablo por supuesto, de lo que vosotros llamaríais las Leyes del
Espíritu porque nada impide al cuerpo estar en un pleno empleo y este pleno
empleo se desarrolla tranquilamente, sin hacer nada en el sentido de una
inversión de la Conciencia, solo haciendo perfectamente bien, lo que hay que
hacer.
Es un cambio de mirada, es un cambio de
punto de vista. Es un cambio interior, de posicionamiento donde precisamente,
salís de cualquier posición. Donde ya no adoptáis ninguna posición sino algo
más allá de cualquier cosa, en el Amor que Sois y en la Luz que Sois, sin tener
necesidad de proyectar cualquier amor, cualquier luz. Recordad: vosotros sois
Amor Luz. No sois el amor que proyectáis. No sois la luz que podéis ver. Porque
en definitiva, el aire no puede ver el aire, y el agua no puede ver el agua.
Vosotros Estáis exactamente en la misma situación: no podéis ver lo que Sois.
Vosotros solo podéis ver lo que no sois y por tanto, refutar todo lo que veis
en donde no estáis. Y ahí, tendréis la sorpresa de constatar que no existe más
freno al Absoluto y el trazador (o marcador) del Absoluto, la Onda de Vida,
partirá al asalto de ese Templo Ilusorio (que es el cuerpo), de sus cuerpos
inferiores, haciéndoos vivir la Onda del Interior y no ya del exterior, en el
cuerpo. Vosotros estáis, yo diría (si se puede decir), en plena fase de
verificación, de validación del Absoluto. Nadie os pide creer en lo que es
increíble. Nadie os pide adheriros a lo que no os podéis adherir. Solo vosotros
podéis dar testimonio de vosotros mismos, más allá del testimonio del objeto,
más allá del observador y de lo observado y más allá de toda proyección en no
importa qué palabra.
Pregunta: ¿cuál es la creencia que me frena
a abandonarme al Absoluto?
La más irresistible de las creencias: tú
mismo. Mientras que tú creas en la mínima parcela de este cuerpo, mientras que
tú creas en el mínimo elemento de la historia, tú estás ceñido a lo efímero.
Nada efímero te permitirá acceder al Absoluto. Por supuesto, existen
condiciones previas, ligadas a la estructura misma de la vida en este mundo,
inscritas por supuesto, en la personalidad (en el ego) y también en el Sí. Sin
entrar en los detalles más complejos, lo que frena es la negación del Absoluto
porque el ego tiene siempre por objeto (por función), aprehender
cualquier cosa que le es desconocida, hacerla suya en la descripción, en la
vivencia, en una experiencia. El Absoluto no puede ser referido al ego, a la
persona ni siquiera al Sí, puesto que el Absoluto Es, baña todo, incorpora
todo. Querer enterarse, querer conocerlo, es imposible. La más grande de las resistencias
se sitúa por supuesto, a ese nivel y en ninguna parte más. La creencia en ti
mismo es el freno más poderoso. Pero tú no eres tampoco ese freno. Además ¿qué
freno puede haber, si no es ese que tú mismo has construido, ese que tú mismo
has considerado? Tengo ganas de decirte no hay que considerar nada, en ningún
futuro y en ningún pasado, para vivir el Absoluto, y sin embargo ser Absoluto.
La creencia en el hecho de vivir el Absoluto conduce a Ser Absoluto. Hay de
alguna forma, una señal portadora (marca o testigo) de la instauración de
alguna cosa desconocida: es la Onda de Vida y la Transcendencia de los centros
de energías inferiores. Pero no deis tampoco, peso a todo esto, porque si
concedéis más peso del necesario, esto también va a cristalizarse. Esto va a
limitaros también y a contribuir en mantener los límites del encierro. La mejor
actitud por supuesto, es la espontaneidad del niño. Es lo que está totalmente
sumergido en la experiencia. Sin juicio, sin punto de referencia, sin
proyección. Mientras que exista un juicio, una referencia, una proyección, tú
no eres el niño. Y por tanto el Absoluto no puede venir a llamar a eso que tú
Eres. Te corresponde a ti, crear las circunstancias previas al Absoluto. Esto
es en parte, de lo que hablo: la investigación de todo lo que tú no eres,
porque es efímero. Consiste en eliminar todo lo que constituye tu vida y este
mundo. No para huir, insisto. Sino más bien para refutarlo, como suposición no
válida (e invalidada) por la propia lógica, más allá de cualquier mente. El
sueño, la investigación, la comprensión de lo que representa el testigo, el
testimonio, el sujeto, el objeto, el experimentador y lo que es experimentado,
se ciñen en definitiva, a una futilidad. Aceptar esta futilidad, es ya un gran
paso. No de vosotros, sino del Absoluto hacia vosotros.
Pregunta: algo se instala en mí que no
conozco y me siento extraña, o incluso extranjera. Veo a la vez la conciencia
de la nada y una plenitud. Me siento llevada por la vida y la dejo hacer. Hay
como una desaparición de mí misma y una distancia en relación a este mundo. No
tengo miedo, no hay palabras, no hay espera. ¿Podría aclararme lo que no veo en
mí?
Acepta que cuanto menos veas en ti, más
serás Absoluta. Lo que no puede ser percibido, lo que es pues percibido, lo que
no puede ser traducido en palabra, ni en Vibración esta extrañeza tal como la
llamas, es la muerte del ego. Hace falta vaciar, hace falta dejarse limpiar y
lavar. Esta fase es más o menos larga. Llama así como dices, a una cierta forma
de neutralidad. La Casa está limpia, tú puedes pues Desposar a tu Doble. Ese
Matrimonio que es un acercamiento, puede desarrollarse en un tiempo ilusorio,
pero que es vivido como tal. Es el estado en que no hay nada que observar,
donde nada es observable, donde nada se percibe. Podría parecer vacío, pero no
está vacío. Es muy exactamente, cuando da la impresión de durar, la preparación
de tus propias Bodas y por tanto al Absoluto. Si puedo expresarlo así,
aprovecha esto, porque aprovecharlo es no hacer nada, nada que temer, es lo que
pone fin a cualquier duda, a toda esperanza y también a toda impaciencia. En
ese estado de vacuidad (que algunos movimientos han buscado, que algunas
filosofías han investigado) se instala el Absoluto. Tú has entendido y vivido y
aceptado, que no hay nada que buscar, nada que encontrar. Ese vacío que no lo
es, es irremediablemente el fin del ego.
El vaso está preparado para llenarse. El
Esposo y la Esposa están a la puerta, no se han ido nunca. Aprovecha, si puedo
expresarme así, de esta vacuidad que de alguna forma es, una antecámara del
Absoluto. Porque si tú estás vacío de ti mismo, puedes estar lleno de lo que tú
Eres. Vaciarse de sí mismo es, muy exactamente, lo que se llama el Abandono al
Sí. Es transcender el “yo soy”, es el momento en que la conciencia constata que
no hay nada que observar, que nada es observable y que el hecho mismo de
observar es una molestia. Los mecanismos de las Bodas Místicas están en
progresión. Aceptar y experimentar no estar ya lleno de pensamientos (es decir
de Ilusión), no estar ya lleno de espera (que es la proyección en el futuro),
te instala, de alguna forma, en un estado más allá de la espera que podría
llamarse Esperanza, pero que es ante todo plenitud. Son de alguna forma, los
últimos juegos de la Ilusión. Lo que permite entender que nada puede estar
vacío y que nada puede estar lleno y que esto no se sitúa entre los dos. De
esta fase no se puede decir que es un estado porque precisamente, no está
instalado ningún estado. La vacuidad es plenitud, la plenitud es vacuidad. Esas
dos palabras, más allá de cualquier significado, son aquellas que representan
mejor esta fase previa a lo Último.
Sobre todo no hacer nada, sobre todo no
emprender nada. Dicho esto, no te impide hacer lo que hay que hacer, en la vida
de este cuerpo, de sus obligaciones. Sino simplemente, no te impliques, haz lo
mejor que puedas. Lo que tú vives no es una espera, lo que tú vives no es un
vacío o un lleno, son los dos. Es en esta fase cuando la Onda de Vida puede
crear tu Verdad, porque tú Eres la Onda de Vida. Hay entonces, un proceso de
desidentificación, una muerte en el plano simbólico, de todo lo que no es
Verdad. Es esta fase la que tú vives. Sobre todo, no juzgues nada. Conténtate,
aun por poco tiempo, de ser el que observa lo que vive esto. Muy pronto tú irás
más allá. Ese “muy pronto” no está inscrito en una linealidad temporal, ni en
ningún otro espacio, sino en una forma de agudeza de ti mismo. Algunas
experiencias intermedias son posibles en ese estado, en esta fase, que si se
puede decir, vienen a confortarte sobre el hecho de que no seas este cuerpo y
aun menos, esta persona. Entonces, aprovecha y goza esta fase, porque es el
preludio del Matrimonio Místico. Deja hacer, totalmente.
Pregunta: ¿el Absoluto está entonces más
allá de la jerarquías de Dimensiones (5ª, 11ª, 18ª, etc.), sería como el
retorno a LA FUENTE? Entonces, si se va hacia el Absoluto, ¿cuál es el interés
de la 5ª Dimensión?
Presupones equivocadamente, que el Absoluto
es asimilable a LA FUENTE. LA FUENTE, por su propio nombre, significa un origen
y un fin. El Absoluto está más allá del origen y del fin. La Dimensión,
cualquiera que sea su número, solo es una representación, una gama de
Vibraciones, una gama de exploración de la conciencia. El Absoluto y LA FUENTE
se acuerdan de ti, pero acuérdate tú, de que eres totalmente libre de
establecerte donde te parezca bien. Simplemente, se debe recordar la existencia
de LA FUENTE, por la experiencia de LA FUENTE, por el acceso al Absoluto.
Si tú Eres el Absoluto, tienes toda latitud y Libertad para permanecer o
manifestarte en cualquier Dimensión que sea. Si tu gama de frecuencias, tu gama
de vida, la partitura que tocas está incompleta y de todas formas, te permite
ver la completitud existente en el Absoluto, tú eres libre de creer que existen
experiencias que realizar en otros mundos, en otras Dimensiones, en otros
estados. Esto forma parte de la libertad, pero te lo recuerdo, no tiene
estrictamente ningún interés desde el punto de vista del Absoluto. Entonces
¿qué te impide ser el Absoluto, puesto que evidentemente, hay un impedimento?
El impedimento está directamente ligado a la duda y al miedo. Tú no puedes
conocer el Absoluto desde el punto de vista dónde estás. El punto de vista
dónde estás debe desaparecer, debe aniquilarse. Recuerda que no es posible
considerar cualquier continuidad entre lo conocido y lo Desconocido. Tú no
puedes quedarte en lo conocido y vivir lo Desconocido. Es necesario dejar que
lo Desconocido te tome, y tú te darás cuenta enseguida, de que lo limitado está
aun presente. Pero antes, esto solo es una suposición, solo es una creencia,
porque tú no lo has vivido. Simplemente, muchas estructuras os han dicho que os
será hecho según vuestra Vibración, si lo prefieres, según vuestra partitura.
La partitura que tú tocas es tributaria de un instrumento y no de otro
instrumento. ¿Quieres ser tal instrumento, o quieres ser en el mismo tiempo, en
el mismo espacio y en todas las Dimensiones, el total de los instrumentos?
Poniendo fin a toda barrera y a todo límite. Ninguna experiencia será jamás
útil al Absoluto, pero lo es y seguirá siendo útil a aquél que toca su propia
partitura, Ilusoria o atada. El Absoluto es la Libertad total, pero la Libertad
da miedo porque la Libertad es precisamente, lo que es Desconocido. Mientras
que tú reivindiques la Libertad en cualquier encierro, te mientes a ti mismo. Y
mientras haya mentira, la Verdad no puede ser.
Puedes entonces pretender suponer o imaginar
que el Absoluto es LA FUENTE. El Absoluto es LA FUENTE, pero es mucho más que
LA FUENTE. Porque el Absoluto no tiene ni origen, ni fin, ni
localización, ni no localización. La Vibración, la Conciencia es Vibración,
esto se os ha dicho. Permitiendo vivir, concienciar, las ruedas de energía (las
lámparas), el despertar de la Kundalini e incluso la percepción de la Onda de
Vida. Pero mientras que tú percibes, no eres eso que es percibido. El Absoluto
es la instalación en lo percibido y no en la percepción. Es el momento en que
no hay distancia alguna, ninguna suposición sobre el Absoluto porque el límite,
el ego como el Sí, solo puede representar la Verdad. Pero cualquier
representación será siempre un espectáculo, una proyección, una ilusión más o
menos palpable, más o menos cercana. Dando un sentimiento más o menos real,
pero no es el Absoluto. Independientemente del testigo y del marcador del
Absoluto, es decir la Onda de Vida, y sus efectos sobre el éxtasis o la
intasis, hay también otro marcador que se sitúa en la Conciencia, que desemboca
sobre la no-Conciencia. Es precisamente, el momento en que no hay más cuestión.
Porque la cuestión misma es concebida como ilusoria, tanto como mi respuesta.
Mientras pronunciáis palabras y yo pronuncio palabras, hay Ilusión. Pero esas
Ilusiones serán en definitiva, menos tenaces que las que estaban ahí antes de
nuestras charlas (vuestras y mías) (ndt: utiliza un neologismo a partir de la
palabra entretien y construye “nos entre tiens et miens”).
Esto no es entonces un juego estéril, sino que es una práctica, en el sentido
más noble. Esta práctica que puede ser usada por el ego como algo intelectual,
a vuestro ritmo, va a llevaros a realizar el estado que se ha descrito con la
cuestión precedente. No supone nada del Absoluto, porque todo lo que supongas
solo podrá ser establecido a través de tu experiencia y tu conocimiento. No
proyecta nada sobre el Absoluto, porque proyectar lo que sea, ya es alejarse.
El Absoluto no puede ser conocido, no puede ser formulado, no puede ser
Vibrado, no puede traducirse en palabras. Por el contrario, es posible utilizar
Vibración y palabras para entender lo que no es. En ese momento, hay una
especie de acercamiento que se efectúa en esta última fase.
No suponer nada es también no hacer nada, no
emprender nada. Porque todo lo que se haga o emprenda, os pondrá a distancia
del Absoluto que, os lo recuerdo, está siempre ahí. Si hay resistencias o
frenos, miradlos y ya está: dejadlos pasar, no hagáis nada. Por supuesto,
podéis siempre facilitar las condiciones iniciales (si se puede decir), con
todo lo que os es agradable. Pero no os perdáis en lo que es agradable, no
hagáis de ello un fin. Practicar un yoga para simplemente estar bien, no os
llevará jamás al Absoluto. Pero estad conscientes que estar bien, os permite
instalaros en una receptividad, si se puede decir, más grande. No hagáis
tampoco, de las palabras, una finalidad. No hagáis de las Vibraciones tampoco,
una finalidad sino más bien, medios o útiles, para acercaros a lo que no
conocéis, y que sin embargo, ciertamente es vuestra naturaleza. Esto exige por
vuestra parte, y exige de tu parte, una honestidad, una integridad, una
Humildad, una Simplicidad, esto lo sabéis, pero sobre todo, una Transparencia,
porque no puede haber transcendencia sin Transparencia. La Transparencia está
creada por KI-RIS-TI, por el Doble, por la Unión Mística. Un opaco,
resistiendo: el cuerpo, la identidad, el ego, el Sí, reencuentra la
Transparencia del Fuego. De este reencuentro resulta la Transparencia. La
Transparencia, para no frenar nada, no retener nada de lo que pueda pasar (sea
un pensamiento, sea una emoción, sea un síntoma del cuerpo, sea una relación):
no sujetéis nada, permaneced fluidos. Observad si queréis, pero no sois la
emoción, no sois el pensamiento, no sois la relación, no sois el cuerpo. Dejad
hacer. Es lo que puedo decirte. Sin rechazar nada: no porque rechaces un
pensamiento va a desaparecer. Por el contrario, si tú lo miras pasar sin
atarte, desaparecerá, es toda la diferencia.
Pregunta: a partir del momento en que acepto
que no soy todo lo que conozco del yo y del Sí ¿de qué apertura, más allá de mi
conciencia actual, tengo necesidad (además de dejar actuar a la Onda de Vida y
el Manto Azul de la Gracia) para inclinarme hacia el Absoluto (más allá del “yo
soy”)?
Nada más, y una sola cosa en relación a lo
que tú has dicho: aceptar que tú no Eres nada de todo lo que conoces, es una
primera etapa. Pero ¿has pensado en refutarlo? No solamente porque digas: “yo
no soy este cuerpo”, vives el Absoluto. Refutar el “yo no soy este cuerpo” está
más allá de la aceptación. No es un juego de palabras, es una realidad de la
conciencia. La conciencia que te conduce, si se puede decir, a dejar que se
exprese e imprima el Absoluto, es una refutación de todo lo que tú conoces y no
simplemente, aceptar la negación de lo que tú conoces. En el acto de aceptación
de lo que tú no Eres, no hay refutación, entonces hay una distancia. La
refutación por el contrario, de lo que tú no eres, está más allá de la
aceptación. La refutación es un acto activo, la aceptación es un acto que yo
podría calificar de pasivo. Hay pues una fase previa activa, esta fase está
conducida por la propia conciencia del ego o del Sí. La refutación es sin
embargo, una dinámica. Como he dicho, es una investigación. Esta investigación
no es un juego mental, sino más bien un ejercicio (no me gusta esta palabra)
espiritual.
Desde el instante en que la investigación se
ha realizado, ¿en qué desemboca? En una identificación. La desidentificación
por la refutación conduce entonces, sin esfuerzo, sin hacer nada, a ser
Absoluto. La espontaneidad acompaña a la Transparencia. La espontaneidad es la
ausencia de reflexión, lo que no quiere decir hacer cualquier cosa, sino
hacer o ser lo que es, independientemente de toda referencia a un pasado y por
tanto, a una experiencia pasada. Es la Vía del Corazón. Porque el Corazón no se
equivoca jamás, al contrario de la mente. No hablo de la intuición, porque la
intuición hace siempre referencia a lo que es bueno o malo para ti.
Nosotros estamos más allá, de lo que es bueno
y de lo que es malo. Lo bueno y lo malo para ti, esa intuición y discernimiento
de los que hacen gárgaras, los seres llamados espirituales, es una ilusión más.
La espontaneidad resulta de la Transparencia. En ese momento, de alguna forma,
hay una especie de traspasado del Corazón, de atrás hacia delante. El hecho de
ser atravesado pone en resonancia, más allá de lo que se percibe en el cuerpo
Transparencia y espontaneidad. Derivando literalmente la experiencia pasada, y
por tanto la mente. Esto se llama también el Don de Sí, o el Abandono de Sí.
Esto creo, ha sido el objeto de desarrollo de una conciencia, si se puede
decir, más cualificada que yo (ndr: ver en nuestro sitio la intervención de
ANAEL del 9 abril). Tampoco hay nada que hacer, sino más bien dejar
hacer.
Aunque haya un lado activo en la refutación,
después conviene dejar hacer. Porque tú no puedes hacer nada, emprender nada,
para conocer lo que te es Desconocido. Tú no puedes más que pasar de uno a
otro, pero ese paso no está ilustrado por cualquier cosa que te permitiera
pasar: es por tanto, una transcendencia y no una transformación. Hay
efectivamente, esa investigación que realizar. Una vez realizada la
investigación, dejad ser y dejad hacer. La investigación desemboca sistemáticamente,
sobre lo que podría llamarse una paradoja, entre la nada y la plenitud. Sobre
una pregunta que yo calificaría de última, pregunta última que pone fin a
cualquier pregunta y a cualquier cuestión. Es en ese momento, cuando se
comprueba la absurdez total del ego y del Sí, no antes.
Pregunta: me gustaría estabilizar el estado
de no observación más de un mínimo instante. ¿Cómo?
Simplemente parando de querer observar de
manera incesante, cualquier cosa. Fíjate en el propio mecanismo de la
observación y no en lo que observas. ¿Qué es lo que se observa? ¿Dónde está el
observador? ¿Son los ojos que ven? ¿Es esa reflexión? ¿Dónde está situado el
observador? Es pasar de la perspectiva de lo que se observa a otra perspectiva.
Mientras haya observación, de lo que sea o de quién sea, el tiempo se
despliega. Y por tanto, hay un recuerdo a través de tu pregunta, de querer
inmovilizar lo que no es posible inmovilizar: el tiempo pasa. Es por tanto, por
esta cuestión de “¿quién observa?” (Y no: ¿qué se observa?) como nacerá la
inmovilidad. Porque tú vas a buscar al observador, y te darás cuenta de que no
hay más observador que las cosas observadas. Y que el observador solo es una
proyección, de otra cosa que está detrás del observador. En ese momento, podrás
balancearte. No antes. El Sí es la observación más perfecta de la Luz, donde
los mecanismos de Conciencia y de las Vibraciones están presentes, concurriendo
a establecer la Alegría, concurriendo a establecer una satisfacción.
Permitiendo creer que se ha realizado una búsqueda. Es necesario superarlo, e
ir más allá de esto. La mejor forma, efectivamente, es no hacer nada, dejar
hacer. Y salir incluso de la dinámica aparente de la observación, de lo que se
observa, del observador mismo. Porque ¿quién está detrás de todo esto? O mejor:
¿qué es lo que está detrás de todo esto? Mientras tú observes, no eres el
observador. Mientras tú eres el observador, no eres lo que está detrás del
observador. Investigar sobre esto, es una práctica mayor. De esta búsqueda,
realizada honestamente, derivará la última fase, derivará también la Onda de
Vida y la permeabilidad de las ruedas (los chakras) a la Onda de Vida.
No te ocupes de la Onda de Vida, tú no
puedes ni dominarla, ni controlarla, ni dirigirla. Tú vas a observarla. Y tú
vas a situarte pues, en el punto de vista del observador, que va a plantearse
la cuestión: ¿está bien, está mal? Mientras juegues ese juego, el éxtasis no
puede nacer. Llega un momento en que comprendes que no puedes influenciar de
ninguna forma la Onda de Vida, pero tú eres siempre observador. Plantéate
entonces la cuestión de “¿qué es lo que es observado?”, de “¿quién es el
observador?” y te convertirás en la Onda de Vida. Dejando nacer así, el
éxtasis, marcador indecible del Absoluto. Lo que hay que estabilizar, es lo que
ya está estabilizado y no se ha movido jamás, nunca ha desaparecido. Es muy
exactamente, el Absoluto: ahí donde no hay ya observador, ahí donde no hay más
lo observado, y ahí donde no hay más, tampoco, lo que está detrás del
observador. Porque el Absoluto es a la vez lo observado, el observador y lo que
está detrás del observador. Tampoco hay más distancia ni diferencia
No tenemos más cuestiones, os damos las
gracias.
Entonces, yo nos propongo poner, de
manera tran, un término a nuestras charlas (ndt: de nuevo utiliza
de forma muy libre, un juego de palabras para entretiens= entre
tiens et miens=charlas tuyas y mías). Dejaré al más cualificado que yo
expresar lo que representan ese Don de Sí y ese Abandono de Sí. Intervendré en
otro momento, en vuestro camino hacia la realización. Os queda leer lo que os
he dicho. No lo hagáis una palabra de certeza o de evangelio. Tratad de ver lo
que es justo, lo que no es justo. No como un aspecto discriminador sino, de
igual manera que yo lo he expresado, en forma de investigación. Daré las
instrucciones en pocos días, que nos permitirán terminar esta conversación (entre
tien et mien) a fin de ir al principio y la Esencia misma, de lo que se ha
dicho. Es decir, de ir más allá del diálogo, más allá del diábolo y más allá
del símbolo, para, de alguna forma, reunir los tres elementos en la misma
indecible Verdad del Absoluto. Doy Gracia a vuestra escucha. Doy Gracia por
haber soportado y llevado las palabras que tenía que daros. Puesto que es
necesario que me nombre, BIDI os saluda y os dice en vuestro tiempo, hasta
pronto.